Popo

Veracruz por los pasteles.*



Siete meses dura ya el bloqueo de las fragatas Nereida, Ifigenia, Criolla y Gloria, las corbetas Náyade y Cerceta y las bombarderas Cíclope y Vulcano además de losbergantines Voltigeador y Cebra. Todos, con la bandera francesa por sena.

Buscan que el gobierno mexicano cumpla una serie de demandas casi ridículas: destitución del coronel Gregorio Gómez quefusilara a Demoussent y Saucien, acompañantes de José Ignacio Mejía en aquel desembarco de 1835, además de veinte mil pesos para sus viudas; quince mil pesos para las familias de los cinco francesesmuertos por la turba en Atencingo en 1833, acusados de introducir el cólera morbo; cinco mil pesos por unos marranos enfermos que el señor Duval pretendía vender en chorizos y carnitas; libertad y dosmil pesos para el homicida Pilse le Morgue; ochocientos pesos para el señor Remontel, por unos pasteles que oficiales bullangueros habían comido y tirado en Tacubaya; además de picos, palas, azadones,quinientos cincuenta y siete mil doscientos pesos (todo eso quien sabe de dónde), "cuya liquidación, el Gobierno de S. M. el Rey se reserva ... " Total, seiscientos mil pesos más ciertos bonos, ciertosimpuestos de exportación, ciertos créditos....

Entonces, por la exorbitante cantidad de ochocientos mil pesos (poco más, poco menos), Veracruz se encuentra sitiada y el general Antonio Gaona,espera que de un momento a otro- en aquel 27 de noviembre-, el contralmirante Charles Baudin levante su espada y comiencen los cañonazos.

Y el francés la levanta y un silbido oscuro, atraviesa losmetros de cielo que separan a la flota del puerto. Ciento cincuenta cañones y morteros cubren el cielo de bombas y cubren a San Juan de Ulúa de un humo denso, que no deja ver más allá de unos metros ypone al descubierto los oídos para escuchar el fragor de las bocas de los cañones.

San Juan recibe la metralla, los hombres que lo defienden apenas y parpadean. Ha comenzado la batalla. Veracruz...