Populismo


La concepción del populismo
En Latinoamérica, lo que hoy en día conocemos como“populismo” comenzó en la década de 1930 en entornos muy similares. Sin embargo, ya durante la segunda mitad del siglo XIX esta doctrina comenzaba a aparecer simultáneamente en Rusia y Estados Unidos,desarrollándose en dos contextos históricos, culturales, sociales y económicos bastante diferentes. Esta diferencia en los contextos que marcan el nacimiento de la doctrina, me sugiere algunas preguntasde interés: ¿Existe una única definición válida para “populismo”? ¿Es evitable el populismo o estamos condenados a experimentar esa doctrina? ¿Se podría catalogar entonces al “populismo” como “bueno”o “malo”?.
¿Existe una única definición válida para populismo? Al estudiar los movimientos y regímenes que se han catalogado como populistas, se advierten tantas diferencias entre los mismos, como,por ejemplo, entre el peronismo argentino, el populismo ruso y el chavismo venezolano, que cuesta agrupar todas estas experiencias en una igual categoría. Es, por tanto, muy difícil formular unadefinición acertada de populismo debido a la gran gama de sus situaciones políticas. Con todo, también se puede identificar elementos en común, como lo son un líder carismático, cimientos psicológicos,búsqueda de identidad de las masas, una voluntad de reconstrucción del bien común, la ausencia de un programa definido y las crisis como su detonante, tal cual señala Alexandre Dorna.
¿Es evitable elpopulismo o estamos condenados a experimentar esa doctrina? “La presencia del populismo es asimilable, a un acceso de fiebre. Y si bien la fiebre es síntoma de enfermedad, no es, en sí misma, laenfermedad”, subraya Dorna -quien opina favorablemente sobre estos movimientos- en variadas ocasiones. Siguiendo la analogía entre la fiebre y el populismo, ¿no habría entonces que buscar un remedio...