Prefacio Confesiones De Un Ganster
Los gángsteres económicos (Economic Hit Men, EHM) son profesionales generosamente pagados que estafan billones de dólares a países de todo el mundo. Canalizan el dinero del Banco Mundial, de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y de otras organizaciones internacionales de «ayuda» hacia las arcas de las grandes corporaciones y los bolsillos del puñado de familias ricasque controla los recursos naturales del planeta. Entre sus instrumentos figuran los dictámenes financieros fraudulentos, las elecciones amañadas, los sobornos, las extorsiones, las trampas sexuales y el asesinato. Ese juego es tan antiguo como los imperios, pero adquiere nuevas y terroríficas dimensiones en nuestra era de la globalización. Yo lo sé bien, porque yo he sido un gángster económico. En 1982 escribí estas líneas como comienzo de un libro cuyo título de trabajo era Conscience of an Economic Hit Man. Lo dedicaba a los presidentes de dos países, a dos hombres que fueron clientes míos, respetados y considerados por mí como espíritus afines: Jaime Roídos, presidente de Ecuador, y Omar Torrijos, presidente de Panamá. Ambos habían fallecido recientemente en aquellos momentos.Sus aviones se estrellaron, pero no se trató de ningún accidente sino de asesinatos motivados por la oposición de ambos a la cofradía de dirigentes empresariales, gubernamentales y financieros que persigue un imperio mundial.
Nosotros, los gángsteres económicos, no conseguimos doblegar a Roídos y Torrijos, y por eso fue preciso que intervinieran los otros tipos de gángsteres, los chacalespatrocinados por la CÍA que siempre estaban pegados a nuestras espaldas.
Me convencieron de no escribir ese libro. Durante los veinte años siguientes lo empecé en cuatro ocasiones más. En cada una de ellas, mi decisión estuvo influida por hechos contemporáneos de la política internacional: la invasión de Panamá por Estados Unidos en 1989, la primera guerra del Golfo, el conato de invasión deSomalia y la irrupción de Osama bin Laden. En todas ellas, amenazas o sobornos me indujeron a abandonarlo.
En 2003, el presidente de una importante editorial propiedad de una poderosa multinacional leyó un borrador de lo que luego ha resultado ser Confesiones de un gángster económico. Lo calificó de «relato fascinante que debía ser contado». A continuación sacudió la cabeza con una sonrisatriste, y me dijo que los ejecutivos de la oficina central pondrían objeciones y que no podía arriesgarse a publicarlo. Me aconsejó que lo reescribiera en forma de novela.
«Podríamos lanzarte como novelista, a lo John LeCarré o Graham Greene.»
Pero esto no es una novela. Es el relato real de mi vida. Otro editor más valeroso, y no perteneciente a ninguna multinacional, aceptó ayudarme acontarlo.
Esta historia debe ser contada. Vivimos en una época de crisis terribles, y de oportunidades tremendas. La historia de este particular gángster es la historia de cómo hemos llegado adonde estamos y por qué nos enfrentamos actualmente a una crisis que parece insuperable. Y hay que contarlo porque necesitamos entender nuestros errores del pasado si queremos hallarnos en situación deaprovechar las oportunidades futuras. Porque han ocurrido cosas como el 11-5 y la segunda guerra en Iraq. Porque además de las tres mil personas que murieron a manos de los terroristas el 11 de septiembre de 2001, otras veinticuatro mil murieron ese día de hambre y de otras secuelas de la miseria. O mejor dicho, todos los días mueren veinticuatro mil personas que no encuentran con qué alimentarse. Y lo más importante, esta historia hay que contarla porque hoy, por primera vez en la historia, existe un país capaz de cambiar todo eso mediante sus recursos, su dinero y su poder. Es el país en donde nací y al que he servido como gángster económico: Estados Unidos de América del Norte.
¿Qué es lo que finalmente me convenció a ignorar las amenazas y los intentos de soborno? La respuesta...
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