Prueba de redacción literaria

Life

¿Algúna vez sentiste que tu vida dejó de tener sentido en un determinado
momento del pasado?
Porque yo sí. Es una sensación terriblemente amarga, cubierta de un único
deseo, un único sueño. Volver a empezar de nuevo, como si de un videojuego se
tratase. Guardas, haces lo que quieras y despues cargas la partida. Todo seguirá
ahí, como siempre fue... Pero, constantemente, la vida nosenseña que lo que
hecho, hecho está y no podrá ser cambiado. Dejando tras de sí, fragmentos de lo
que una vez llamaste alma y un contenedor vacio que solias llamar corazón.
Ahora, tan solo es un cruel órgano que te mantiene atada a la vida. O, eso es lo
que yo solía pensar... Pero, finalmente me dí cuenta de algo fundamental...

A mitad de mis 25 años, me encontraba en Tokyo, acababa determinar la
carrera de medicina. Era cirujana. Desde muy pequeña mis padres me decían
que tenía que ser doctora, como mi abuelo. Pero no fué eso lo que realmente me
motivó, el que me hizo decidirme fue mi propio abuelo contandome historias
sobre cuando solía ser médico. Yo siempre atendía a mi abuelo, y me
emocionaba cuando me contaba historias felices, él parecia muy satisfecho con
lo que habíaconseguido a lo largo de su vida. Pero mi abuelo, también me
enseñó que no todo en este mundo sale bien, y que personas murieron bajo su
cuidado. Aún recuerdo su expresión cuando me habló de cierto caso. Era un
niño de unos 5 años con un terrible traumatismo pulmonar a causa de un
accidente de tráfico. Me dijo que no pudo ser salvado ya que no consiguieron
trasladarlo al hospital a tiempo, yque cuando llegó, no pudo conseguirlo a
tiempo... Aún así, el siempre se ha culpado a sí mismo por su incompetencia.
“Esa es la carga que debes estar dispuesta a llevar si decides ser médico” me

dijo. Gracias a mi abuelo, y a sus historias, pude crecer como una chica algo
más madura de lo común. A la edad de 12 años ya tenía muy presente los temas
de la vida y la muerte. Estaba decidida,desde muy joven. Quería ser como mi
abuelo, quería salvar personas.
Mi querido abuelo falleció cuando yo tenía 14 años. A pesar de todo el tiempo
que ha pasado, su recuerdo permanece vivo en mí. Y yo seguiría su legado.
Como cuaquier cirujano novato, se requiere de un tiempo de practicas
asistiendo a operaciones como ayudante hasta adquirir la experiencia suficiente
como para realizar unaoperación por mí misma. Todo este tiempo, por suerte,
pasó sin ningun percance, aprendí muchisimo y finalmente a los 27, ya estaba
lista para operar sin supervisión. Me sentía realmente bien, hasta el momento,
jamás tuve complicación. Pero como suele pasar al menos una vez en la vida
del cirujano, alguna vez nos topamos con casualidades... Y en mi caso, me
afectó de una manera que jamás imaginé.Como un día cualquiera, me encontraba relajada en el hospital, ajena a lo que
momentos más tardes sucedería. Me esperaba que el dia trascurriera como
siempre, realizando pequeñas operaciones de alta sencillez. Y así fue, al menos
la mayor parte del día. La introducción al fatidico caso fue la siguiente... Me
encontraba realizando una operación bastante común y rutinaria, como era unaapendicitis, todo estaba llendo como la seda, hasta que de golpe, aparecieron
enfermeros junto a otro cirujano por la puerta. Estaban exaltados. Me dijo uno
de los enfermeros: ¡Doctora Kamigawa, un paciente que acaba de entrar
necesita de su atención urgentemente! El doctor Hiro se ocupará de el paciente
que usted operaba. Por favor, sígame, no hay tiempo que perder.
En ese momento, me puse un poconerviosa. No es como si en mis tiempos de
practicas no hubiese pasado, pero en aquel momento, me encontraba bajo
supervisión. De algún modo me sentía más segura. Pero ya era distinto. Ahora
estaba en mi misma el que una persona viva o muera...
Corrí detrás del doctor. Le pregunté sobre las condiciones del paciente. Era un
chico de 9 años. Al parecer el chico empezó a encontrarse muy débil...