Prueba

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Ante un auditorio de más de 400 personas reunidas en la Ciudad de León, Gto., se efectuó la Tercera Jornada Académica Iglesia e Independencia, cuyo tema central fue la “supuesta” excomunión del Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla.

EXCOMUNIÓN

por Edwin Corona y Cepeda

Contraviniendo a todas luces los preceptos constitucionales que impiden a los representantes decualquier culto la intromisión en los asuntos de Estado, el Arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago vertió conceptos tales como “hay que mirar al pasado desde una actitud de diálogo y apertura para evitar la polarización extrema en la interpretación de la historia nacional” y que – según él – ha conducido a la Iglesia a enfrentamientos y fuente de conflictos que “nos han debilitado y nos hanhecho incapaces de responder con eficacia a los retos que demanda la construcción integral del país” y menciono que el propósito de estas jornadas es el de sumar al catolicismo en dos de las conmemoraciones más importantes del país. Y sin dejar de acarrear agua para su molino, el sotanudo señaló que “lo hacemos desde nuestra convicción de creyentes, que incluye también los valores cívicos que nosexige el conocimiento integral de nuestra historia, el amor patrio, el respeto a los héroes y a los símbolos nacionales” agregando cantinflescamente que “la intolerancia va contra la posibilidad de articular proyectos que sirvan de colaboración unitaria y eficiente en beneficio de la sociedad”.

En esa misma línea de perspectiva clerical, de come santos y caga diablos, el Maestro Saúl AlborGuzmán consideró que México vive ante este Bicentenario una situación crucial muy interesante que es el de “superar el trauma de nuestra historia… superar las dicotomías de conservadores y liberales, de racional o fundamentalista, por que no nos llevan a ninguna parte y unidos (Iglesia y Estado debemos) celebrar nuestra historia”. ¡Si, Chucha!

Pero la intervención que no tuvo abuela (que es doblemadre) en estas Jornadas Académicas de la Iglesia fue la participación del historiador Carlos Herrejón, quien, apoyado por varios miembros del Episcopado Mexicano, tuvo la desfachatez de afirmar que en su lecho de muerte (¿?) Miguel Hidalgo se confesó VARIAS veces y murió arrepentido, motivo que lo exime de la excomunión de la que fue objeto, primero por el Decreto Excomulgatorio y luego por laPastoral que dirigió a su diócesis el Obispo Manuel Abad y Queipo el 30 de septiembre de 1810 sobre los sucesos acaecidos durante los primeros días del primer cuarto del siglo XIX, no borrados del todo en la mente de los actuales conservadores y gran parte de curas y “funcionarios” incrustados en el presupuesto del gobierno federal y que transcribo más abajo y que fue ratificado posteriormente por elObispo de Guadalajara y el Papa León X.

Durante su ponencia, Herrejón, precisó que la excomunión de Hidalgo dictada por Abad y Queipo, no fue trascendente, ya que posteriormente “le cayó” la excomunión al autorizar el degüello de casi 100 personas en Valladolid y más de 300 en Guadalajara, entre ellas a personas “consagradas”.

Y en el colmo de su supina ignorancia este lame testículos de losmiembros de la Banda del Ropón, expuso que así supo (Hidalgo) que le había “caído” la excomunión… por lo que se arrepintió y se confesó, y por ese hecho, ya en lecho de muerte como estaba él, (¡!) cualquier sacerdote, conforme al derecho canónico de entonces y de ahora, le levantó la excomunión que le había caído… se confesó varias veces y así fue como marchó con entereza al otro mundo”, agregóel historiador. No, pos si. Igualito que los curulecos veracruzanos y la Chimoltrufia, ya que como dicen una cosa dicen otra.

Y agregó – entre otras múltiples sandeces - que la Iglesia consideró como justa la insurrección, y por tanto, no es válida la excomunión ya que los restos de los principales caudillos de la Independencia, entraron solemnemente a la Catedral de México; lo que motivó a...