Raulreys


o los sentimientos subjetivos que precedían a la crisis de los regímenes democráticos. En esos otros casos, diferentes autores han utilizado alienación política, crisis de confianza, cinismopolítico y disenso político, pero implicando una crisis de legitimidad del régimen democrático.
Es por ello que la desafección política no implica una crítica fundamental al régimen democrático pudiendocoexistir altos niveles de apoyo a la democracia con una profunda crítica de las estructuras partidarias o de gobierno.
De esta forma, esta actitud es independiente de la evaluación del funcionamiento,de los logros y de los fracasos de la democracia y puede permanecer estable más allá de las fluctuaciones de la popularidad de un gobierno y de sus políticas.
Podemos de esta manera diferenciartres dimensiones separadas con causas, tendencias y consecuencias distintas: en primer lugar el apoyo a la democracia y a sus principios, en segundo lugar la desafección política, y por último lainsatisfacción o descontento con el gobierno y sus políticas.1
Por lo dicho, la presencia o no de determinados niveles de desafección política no presupone una visión negativa o positiva de la ciudadanía deun país ni se presenta igualmente en todas las democracias, sino que depende “del contexto político en donde se haya originado y del peso negativo que puede tener un determinado pasado político”(Torcal, s/f, 3).
fondos públicos que pueden distribuirse entre la población (Leiras, 2003).
Sobre los mecanismos informales creemos que se debe colocar el acento. Las instituciones también pueden serpensarlas no sólo como una colección de estructuras formales, sino también como un conjunto de instituciones informales (una red de instituciones interactuantes, un conjunto de normas compartidas)(Guy, 2003, 36). Estas instituciones informales se caracterizan por una cierta estabilidad en el tiempo que permiten también predecir el comportamiento individual futuro de las personas y, en nuestro...