Remesas y Petroleo

Migrantes

Los migrantes son necesarios, eso es innegable. En sus casas, en sus pueblos y municipios, las remesas que los migrantes envían desde Estados Unidos son el otro sustento de este país. Deotra forma no habría suficiente para las láminas, el tabique, para cosas más menudas, como el gasto o la luz o los zapatos de los niños, o más sofisticadas, como el la mensualidad del coche. Que lasremesas provoquen orgullo porque después de todo los migrantes sí cumplen con sus familias y con su país, o que causen vergüenza porque son la herida viva de un país en el que el trabajo digno nomásno alcanza para todos, eso son otras historias. Puedes pensar en los migrantes como héroes o como víctimas; hay para todo en los seis millones que están allá sin papeles: los que regresan, triunfanteso no, los que se quedan tendidos en el desierto, los que ya no vuelven. Cada año pasan medio millón más de hombres, mujeres y niños. No se puede decir que no hagan falta: en sus familias, susciudades, su país.

Pero el otro lado también los requiere. Se diría que la economía estadounidense tiene un hambre insaciable de ellos: para las naranjas en Florida, las uvas en California, el tabaco enVirginia, las cebollas en Georgia. Para la construir la villa olímpica de Atlanta y reconstruir la húmeda Nueva Orleáns. También para voltear hamburguesas, ese último escalón laboral gringo, y demáslabores ingratas que se agrupan en el sector más bajo de los servicios, y para lo que se ofrezca: en algunas ciudades de donde y donde se encuentran formados a ambos lados de la carretera, esperando quealgún patrón los levante.

La única forma efectiva de detener el flujo hacia el norte, han dicho quienes estudian el asunto, es procurar mejores condiciones de vida para que el riesgo del viaje alotro lado inspire a los posibles migrantes a pensarlo dos veces. Que la vida en México ofreciera suficiente para que no te tuvieras que ir a sostenerla desde allá lejos: qué mejor. Y quienes más...