replanteamiento del problema de la representación

Un replanteamiento de la crisis de representación actual

Introducción
La falta de confianza de los ciudadanos en la clase política se ha visto acentuada estas
últimas fechas. Los temas derivados a la corrupción, la reducción del gasto público
(recortes), la opacidad administrativa o la disparidad entre los imputs demandados por
los ciudadanos y los outputs provenientes del Gobierno sonpercibidos como los
principales factores de esa crisis de legitimidad representativa, o, simplemente, de
representación. El último barómetro del CIS publicado en octubre es una prueba
tangible de esa crisis de representación que se mencionaba. El cometido de los dos
partidos mayoritarios por antonomasia en España apenas goza de la aceptación popular.
Un 68,4 por ciento de los encuestadoscalificaba como mala o muy mala la gestión del
Gobierno del Partido Popular, mientras que un 63,8 hacía lo mismo con el principal
partido de la oposición, el Partido Socialista.
El “malestar civil” como concepto acuñado por Javier Franzé ha ido in crescendo desde
la eventual crisis económica capitalista surgida a través de las hipotecas subprime1. El
Estado, y por lo tanto la representación que elloconlleva, se ha convertido en el blanco
de las iras. El “no nos representan” se expande, como protesta singular del fenómeno de
la “crisis de legitimación” del Estado intervencionista contemporáneo apuntado por
Jurgen Habermas o de la serie de “promesas incumplidas de la democracia”, según el
planteamiento de Bobbio2. Se conciben los partidos políticos como supra estructuras
que pierdencontacto con los electores tal y como la anotaba “la ley de hierro de las
oligarquías” de Robert Michels3.
La crisis de representación, asimismo, se ha visto planteada como un problema de
formulación de escrutinio o configuraciones de circunscripciones por los partidos
1

Javier Franzé, Nueva Sociedad, nro 134 Noviembre–Diciembre. 1994 , p. 102-117).

2

Sobre el concepto “crisis delegitimación”: Jurgen Habermas, problemas de legitimación en el
capitalismo tardío, Amorrortu, Buenos Aires, 1972.
Sobre las “promesas incumplidas de la democracia”: Norberto Bobbio, El futuro de la democracia, Ariel,
Barcelona 1985.
Ambos conceptos (Habermas y Bobbio) acuñados en la siguiente obra: Antonio J. Porras Nadales, El
debate sobre la crisis de la representación política, Tecnos, Madrid,1996.
3

Robert Michels, Los partidos políticos, vol 1 (2a ed.): Un estudio sociológico de las tendencias
oligárquicas de la democracia moderna, Amorrortu, 2008.

políticos españoles de vocación no-mayoritaria como Izquierda Unida o Unión Progreso
y Democracia, que abogan por un reparto más proporcional de escaños por votos
obtenidos, debido a su infrarrepresentación el Congreso de losDiputados. La Ley
D´hondt, parece ser un factor más que agravia el problema de la representación en
España.
Aun así, escasean las voces o teorías que ven en el mismo pueblo la raíz del problema
de la representación. En este breve ensayo, no obstante, se ha tratado de plantear el
problema desde otro prisma en el que el representado adquiere un papel fundamental en
ese problema de representación,desplazando de esa diana de la culpabilidad tanto al
representante como el sistema electoral en sí. Para ello, se ha partido con la teoría de
representación por autoridad de Hobbes, complementándola con otra tesis de
Schumpeter sobre la irracionalidad patente en los electores/representados.

El concepto hobbesiano de representación: autoridad racional
La discusión acerca de la representaciónen Hobbes (1588-1679) está recopilada en el
capítulo 16 de su obra Leviatán4 Hobbes, primero, efectúa una esencial clasificación
entre personas “naturales” y “artificiales”. Una persona “natural” es aquella cuyas
palabras y acciones se considera que son suyas. Mientras que un individuo “artificial” o
“ficticio” es aquél cuyas palabras o acciones se considera que son de alguien más.
Hobbes...