reportaje de futbol
DavidJosué no es la única pérdida que sufrieron los Avispones ese día. También murió el chófer del bus, Víctor Lugo. Le decían El Barcel, por una ardilla que es mascota de una marca de patatas mexicana. Recibió un tiro en la nuca, y falleció más tarde en el hospital. Los Avispones se fundaron en 1989 en Chilpancingo, la capital de Guerrero, de 240.000 habitantes y a 270 kilómetros al sur del DistritoFederal. Concentra los poderes institucionales del Estado pero un breve paseo por la ciudad deja en claro que el verdadero eje de mando está en Acapulco, uno de los puertos más importantes del país pero también una de sus ciudades más violentas. En Acapulco vive la cuarta parte de los habitantes del estado y ahí despachan los auténticos poderes de uno de los estados más pobres y olvidados delpaís, que hasta el jueves gobernó Ángel Aguirre Rivero.
Para llegar al campo donde entrenan los Avispones hay que pasar el ineludible paseo principal de la ciudad, cruzar algunos caminos empinados y otros más sin pavimentar. Hace apenas unos días que los estudiantes de magisterio (normalistas) le prendieron fuego al Palacio de Gobierno. Afuera del edificio oficial hay una pequeña multitud deciudadanos silente y coches estacionados con la misma leyenda: “Que aparezcan vivos. No queremos violencia”. A unos pocos pasos está el camino para llegar al Polideportivo donde todos los días entrenan los Avispones.
Facundo Serrano saluda sonriente. Señala su pecho y se disculpa: “Es que ayer me vio el doctor, aquí todavía tengo una esquirla”. Sin perder el temple, hace el recuento de ese día. El delsuceso. De cómo gritó a sus atacantes que pararan, que solo eran deportistas. Que le respondieron que les valía madres y que los matarían a todos. De cómo los tiros causaron que el transporte se volteara a un costado y los salvara a muchos de milagro. "Si se queda en pie, nos matan a todos", suelta, seguro. De cómo sacó primero al Zurdito, por los cristales rotos, para pronto darse cuenta de quecualquier esfuerzo era inútil. De cómo se escondieron entre los plantíos hasta asegurarse que estaban a salvo. De cómo consiguió que los ayudasen desde Chilpancingo a trasladar a los heridos a hospitales lo más pronto posible. Uno a Acapulco, otro a Chilpancingo, otro más al Distrito Federal. De cómo mantuvo al tanto a los familiares del estado de sus hijos. Y de cómo avisó a la desconsolada madre deDavid Josué que su hijo no iba a regresar. “Tenía que hacerlo. Ellos estaban bajo mi responsabilidad”.
La Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) se encargó de los gastos de seguro médico para los 12 chicos y cuerpo técnico que requirió hospitalización y del seguro de vida para la familia de David. También ordenó un minuto de silencio en la jornada 11 de la primera división de la Liga...
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