Resguardo lo eterno

Resguardo lo eterno
Las veces que la luna está a punto de tornarse completamente amarilla, redonda e iluminada, salía justamente a caminar esa noche previa por la madrugada por pura curiosidad elroció de la madrugada, a los secretos de las horas más tranquilas e incierta porque las almas descansan y las penas son las que flotan. Me imagino que esas noches son las más indicadas, casi en plenitudpero todavía con último paso que dar.
Solo lo hacía una vez al mes que esto pasaba, y por más que quería que algo pasara nunca me tocó ver algo más allá de lo normal, grillos coreando la noche, hojasque trataban de detener al viento que tenía mucha prisa, el frío cruel que pocas veces se apiadaba de los que lo visitaban.
Todo eran normal hasta decidí cambiar un poco la rutina y ahora salir undía después de la luna llena, ahora con la luna después de llegar su clímax y comenzar a apagarse y prepararse para la siguiente ocasión. Esa noche, a medio camino los grillos ya no eran esa música defondo de todas las noches, las hojas estaban agotadas de querer detener al viento y el frío desataba toda su ira. Pero continué el camino queriendo saber más.
Al llegar a mi punto de retorno vi algo quejamás había visto, una mujer, una mujer que lucía peculiar, nunca me había topado con alguien en todas mis travesías, esa mujer parecía perdida o en busca de algo, pero al parecer hacia algo parecidoa lo mío, un reencuentro consigo. Se veía tan espectacular que no me decidí a hablarle, parecía que no quería que nadie la molestara con cosas ridículas. Sola, parecía que brillara.
Al mes siguientellego la misma noche en la cual salía a caminar y me preguntaba si iba a poder volver a ver a esa mujer. Caminé hasta el mismo punto y no me sorprendió verla ahí de nuevo, e espaldas como la últimavez, y esta vez sentí un impulso incontrolable que me hizo preguntarle “¿Qué haces aquí?”, sin respuesta durante varios minutos hasta que me respondió “Tú no eres el que no vería de estar aquí”. Me...