Revelaciones

Revelaciones
“¿Cuándo entenderé…? ¿Cuándo podré dejar de ser yo…?”
Caía la noche, serena y tranquila. La luna irradiaba en lo alto del cielo despejado como si buscara ganar esa lucha eterna con el Sol. El viento era libre, jugaba inquieto con las gotas restantes de lluvia que acariciaban las hojas de los arbustos. El césped, por su parte, intentaba seguir el ritmo del viento, danzando haciadonde éste se moviera, con perfecta sincronía. Después de todo, no era un bosque ordinario. Era el único lugar en el mundo donde no era posible llegar para el hombre. Estaba en lo alto de una gran montaña, apartado de toda civilización humana. Alrededor de ésta, abundaba una selva imponente, donde el nivel de humedad era exageradamente alto, con bestias peligrosas y laberintos naturales. Muchoshabían intentado acceder a este paraíso, con resultados negativos; en todas las exploraciones ocurrían cosas extrañas, se terminaba el agua de forma súbita, la brújula se dedicaba a dar vueltas, los mapas sencillamente se borraban.
La luna, el viento y el césped sabían de esto y lo habían aprovechado con gran ventaja. Cuando la luna se agotaba de brillar, o simplemente se sentía abrumada o derrotada,recurría a este refugio para reflexionar. Se había hecho muy amiga del césped de este lugar, así que no dudo en invitar al viento para convivir los tres en armonía. Pero la luna no podía permanecer ahí siempre, ¿Quién alumbraría la noche? ¿Quién serviría de inspiración para el enamorado, o depresión para el inseguro?
Los tres elaboraron un plan, solo necesitaban espejos. Las estrellas seencargarían de cargarlos, y así, ubicados estratégicamente por el viento, la luna no tendría más que alumbrar desde aquel lugar sagrado. Los espejos harían lo propio, reflejarla hacia donde se necesitara. A donde llamara la naturaleza. Claro, no todo era perfecto, las estrellas nunca fueron fanáticas de la servidumbre, y de vez en cuando saboteaban a la luna para obligarla a cumplir sus deberes. De vez encuando.
Isabel apareció de repente.
El césped danzaba alegremente con el viento, cuando sintió algo extraño invadiéndolo. Algo peculiar que nunca había sentido, algo cálido, fuerte, estable. Levanto la mirada y reaccionó con una mezcla de emociones. Miedo, curiosidad, incredulidad, pero principalmente sorpresa. ¡Era una niña! Dormía en un rincón, escondida entre unos arbustos. Inmediatamenteinformo al viento, quien súbitamente dejo de juguetear, y se acerco al lugar que le indicaba el césped. ¡Realmente era una niña! ¿Pero cómo? ¿Cómo pudo llegar hasta aquí? Cientos de exploradores profesionales, cartógrafos, temibles aventureros nunca habían podido siquiera atravesar la selva de abajo, mucho menos escalar la gigantesca montaña. Y esta niña indefensa, sin esfuerzo aparente, habíallegado hasta aquel bosque sagrado. ¡Era inaudito! ¿Qué pasaba aquí?
-La luna- pensó el viento, -la luna ha recorrido todo el mundo, posee más conocimiento que nosotros dos juntos, ella debe de saber la respuesta- le dijo al césped.
Apresurados se dirigieron hacia su fiel amiga. Ambos contaron todo lo visto sin caer en exageraciones ni interrupciones. Realmente estaban en armonía. La luna escucho cadapalabra de ambos. Una niña, eso es imposible, exclamo la luna. Nunca alguien ha tenido posibilidad alguna de acercarse a este bosque. Incrédula se acerco hacia los arbustos que referían sus amigos. Fue tal su sorpresa que sencillamente se quedo muda. Y un poco desquiciada cuando la niña despertó y levanto su dulce mirada hacia ella.
-¿Dónde estoy?- pregunto la niña, -¿Quiénes son ustedes?--Estas en un terreno prohibido, ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Quién eres tú?- exclamó la luna, sin ocultar su miedo y preocupación. Ella ya conocía a los humanos, destruían todo lo que tocaban. No quería que su paraíso fuera alterado de ningún modo, y mucho menos por una pequeña niña que había aparecido súbitamente. El viento y el césped, temerosos, dejaba que la luna tomara la iniciativa.
-Mi...