Revolución Industrial

lizados sobre todo por Francia e lnglaterra con sus posesiones coloniales, una vez sliperada la hegemonia que había aicanzado Holaid? como potencia comercial;y, en segundo lugar, el de la aparición de una puten te economía agraria. generalniente de carácter doméstico, que ha merecido la denominación de protoiridus~a~ización en términos o, de la época, 'Tndiistriar u d " . El inlpulso comercialdel siglo WIII coiisiste sobre todo en uii lornercio a larga distancia y se basa en dos pilares. Por una parte, los intercambios de bienes de coilsttmo o suntuarios procedentes de fiiera de Eur,upa (especias, café, te, azúcar) que ya eran parcialmente (las especias) uno de los fiii~dmentos gran comercio medieval dodel . minado por los venecianos desde el Medirerr5nt.o oriental.Ahorü la gran rutacornercial se establece con América, desde el río de La Pfata y Brasil hasta el Caribe y las colonias británicas del norte. Aunque los viejos imperios ibéricos seguían detentando un poder formal sobre gran parte de estos territorios americanos, Ia presencia n;ival francesa t inglesa resultó ser cada vez más decisiva. Ni Lisboa ni Cádiz evitaron su papel de puertos c~rnercialcssubordinados,dedicados al comercio de reexportación de productos entre Europa y AmGrica. Por otra parte. se iticorpuran cada vez r k a los circuitos comern ciales bieries manufacturadus, bien procedentes de India (los tejidos conocidos como indianas), bien producidos por la industria textil doméstica europea (tejidosde lana y Iino). La hegemonía comercial durante este periodo corresponde a 10s europeos (uescuariaspartes del comercio mundial), en especial a Francia e Inglaterra. La flota inglesa suponía, a fines de siglo, más de la cuarta parte de la flota europea y era, además, la que desarrollaba más claramente las funciones que le serán propias durante el siglo XX: exportaba bienes manufacturados (54por ciento dyl total) e importaba materias primas (83 por ciento del total).El desarrollo comercial del siglom11 contribuyó a preparar no sólo la industrialización, sino el dominio europeo del mundo durante un siglo. La aparición de iina poterite industria rural doméstica anterior a Ia revolucióii industrial e5 el hecho mis destacado por l s historiadores o del Últirnri cuarto de siglo. Aunque rio existe relaciiiri mecrinira de continuidad entre protoindus~ahción indusbiakaciiin (regionescomo e Flandes,Irlanda o Gaiicia serkan ejemplos de ello), esta industria rural esd en la base de1 desarrollo del gran comercio, de la especialización agraria de carácter interregonal y de la acumulacióri de capital c e rnercial. Las cai;icteristicas de esta Uidusuia son tres.

La primera es su condición de aclividad rural y doméstica, de niodo que el proceso de trabajo se desarrolla en el seno de los hogaresy de las pequeñas comiinidades, sin coricentración fabril. La se,gmda, que est5 especializada en el sector textil (lana y lino) y su producción est5 orientada al mercado extrarregonal. h tercera, que su organización depende directamente del capital i~iercan que le surte de rnateri;~~ til, primas y se eiicuga luego de su comercialización.La orgmización de todo el proceso podía efectuarsebajodiferentes modalidades (ECnuJsyys teta0 pdftingaut),se@ la mayor o menor autonomía de los productu res domésticos, pero siempre al margen de l organuación gremial de a las ciudades. Esta combinación de tradición artesma urbana y desarrollo de una industria rural no siempre desembocó en un prpceso industrializador. Pero incluso la revolución industrial ocurrida en Gran Bretafia desde fines del sigloXVIII seria inexplicable siii tener en cuenta la prod~icción de bienes a pequeña escala, basada en procesos rnec&cos y m a niiales. La orpiización fabnl y las prácticas de@#ingoulhubieron de convivir por mucho tiempo, como ha mostndo Maxine Berg en su renovadora tlsióri de la t r a de las manufacruras".

El comienzo de Ia revoluáúii industrial no tiene fecha determinada. Para algunos autores...