rom y jul

BENVOLIO- Te lo ruego buen Mercucio, vámonos. Hace calor , los Capuletos han salido y, si los encontramos, tendremos pelea, pues este calor inflama la sangre.
MERCUCIO- Tú eres uno de esos que, cuando entran en la taberna, golpean la mesa con la espada diciendo "Quiera Dios que no te necesite" y, bajo el efecto del segundo vaso, desenvainan contra el tabernero, cuando no hay necesidad
BENVOLIO-¿Yo soy así?
MERCUCIO- Vamos, vamos. Cuando te da el ramalazo, eres tan vehemente como el que más en Italia: te incitan a ofenderte y te ofendes porque te incitan.
BENVOLIO- ¿Ah, sí?
MERCUCIO- Si hubiera dos así, muy pronto no habría ninguno, pues se matarían. ¿Tú? ¡Pero si tú te peleas con uno porque su barba tiene un pelo más o menos que la tuya! Te peleas con quien parte avellanas porquetienes ojos de avellana. ¿Qué otro ojo sino el tuyo vería en ello motivo? En tu cabeza hay más peleas que sustancia en un huevo, sólo que, con tanta pelea, a tu cabeza le han zurrado más que a un huevo hueco. Te peleaste con uno que tosió en la calle porque despertó a tu perro, que estaba durmiendo al sol. ¿No te enojaste con un sastre porque estrenó jubón antes de Pascua? ¿Y con otro porque lespuso cordones viejos a los zapatos nuevos? ¿Y ahora tú me hablas sobre las peleas?
BENVOLIO- Si yo fuese tan peleón como tú, podría vender mi renta vitalicia por simplemente una hora y cuarto.
MERCUCIO- ¿Simplemente? ¡Ah, simple!( Entran TEBALDO y otros.)
BENVOLIO- Por mi cabeza, ahí vienen los Capuletos.
MERCUCIO- Por mis pies, que me da igual.
TEBALDO- Quedate a mi lado, que voy a hablarles.-Buenas tardes, señores. Sólo dos palabras.
MERCUCIO- ¿Una para cada uno? Ponele pareja: que sea palabra y golpe.
TEBALDO- Señor, si me das motivo, no voy a quedarme quieto.
MERCUCIO- ¿No podrías tomar motivo sin que te lo dé?
TEBALDO- Mercucio, eres del grupo de Romeo.
MERCUCIO- ¿Grupo? ¿Acaso nos tomas por músicos? Pues si somos músicos, vas a oír ruido. Aquí está el arco de violín que losva a hacer bailar. ¡Voto a...! ¡Grupo!
BENVOLIO- Estamos hablando en la vía pública. vamos a un lugar privado, tratad con más calma nuestras diferencias o, si no, vallanse. Aquí nos ven muchos ojos.
MERCUCIO- Los ojos se hicieron para ver: que vean. No pienso moverme por gusto de nadie.
Entra ROMEO.
TEBALDO- Quedate tranquilo, señor. Aquí está mi hombre..
MERCUCIO- Que me cuelguen si sirve ennuestra casa. Nos servirá en el campo del honor: en eso nuestra merced sí puede llamarle hombre.
TEBALDO- Romeo, es tanto lo que te estimo que puedo decirte esto: eres un despreciable.
ROMEO- Tebaldo, razones para estimarte tengo yo y excusan el furor que corresponde a tu saludo. No soy ningún despreciable, así que adiós. Veo que no me conoces.
TEBALDO- Niño, eso no excusa las ofensas que mehas hecho, vuelve y pelea.
ROMEO- Yo no te he ofendido y que te aprecio más de lo que puedas pensar mientras no sepas por qué. Así que, buen Capuleto, cuyo nombre estimo tanto como el mío, queda en paz.
MERCUCIO- ¡Qué rendición! Y el Stocatta sale victorioso. [Desenvaina.] Tebaldo, cazarratas, ¿luchamos?
TEBALDO- ¿Tú qué quieres de mí?
MERCUCIO- Gran rey de los gatos , tan sólo pierde una de tussiete vidas y, según como me trates desde ahora, vere a las otras seis. ¿Quieres sacar ya de cuajo tu espada? Deprisa, o la mía te hará echar el cuajo.
TEBALDO [desenvaina] Dispuesto.
ROMEO- Noble Mercucio, envaina esa espada.
MERCUCIO- Venga, a ver tu "passata". [Luchan. ]
ROMEO- Benvolio, desenvaina y abate esas espadas. -¡Señores, por Dios, evitad esto! Tebaldo, Mercucio, el Príncipe haprohibido pelear en las calles de Verona. ¡Basta, Tebaldo, Mercucio!
TEBALDO hiere a MERCUCIO bajo el brazo de ROMEO y huye [con los suyos].
MERCUCIO- Estoy herido. ¡Malditas nuestras familias!. Se acabó. ¿Se fue sin llevarse nada?
BENVOLIO- ¿Estás herido?
MERCUCIO- Sí, sí: es un arañazo, un arañazo. Eso basta. ¿Y mi paje? - Vamos, tú, corre por un médico. [Sale el paje.]
ROMEO- Ánimo,...