Roma
El pueblo romano sintió la religión como algo inmutable y no sometido en sus fundamentos a las especulaciones de los poetas y filósofos. Varrón dice que la religión itálica estuvo siempre dominadapor el interés, mas nunca debe excluirse la pietas de los romanos hacia los dioses, o sea, ese sentimiento religioso que tan profundamente manifestaron. A pesar del escaso contenido doctrinal de su religión, R. encontró en ella su fuerza moral, su salvaguardia y su tutela. La religión romana estuvo, además, abierta a influencias extrañas (etruscos, griegos, orientales, y por fin el cristianismo,contra el que luchó con fuerza porque demolía el paganismo en todos sus aspectos). El sentimiento religioso de los itálicos se fundaba en la vaga idea de numen, ignota potencia o voluntad divina, inherente a todo fenómeno natural, y tutelar de todo acto o rito humano. De este modo, el amplio concepto de numen quedaba escindido en diversos numina (genios o demonios protectores), aproximándose alanimismo (v.) de algunas religiones. Tan imprecisa era esta idea de numen que no se le atribuía sexo; asi, en las invocaciones se decía: «seas dios o diosa ... ». Los dioses eran considerados como energías (numina, virtutes), y toda acción tenía su dios. Así se explica la cantidad de fuerzas naturales y abstracciones personificadas; muchas de ellas actuantes sobre los productos de la tierra,especialmente los cereales: Robigo, Flora, Conso, Ope, Quirini, y la célebre Ceres con su Íntima colaboradora la Tierra (Tellus); transformadora aquélla de lo que ésta da (v. TIERRA v). Unidas o separadas en el culto según las estaciones, ambas eran consideradas verdaderas «madres de los frutos». Colaboraba con ellas un elemento masculino, Liber.
La religión romana tenía elementos naturalistasbasados en la vida agrícola. En una época primitiva hubo divinidades veneradas bajo forma animal, que se mantuvieron posteriormente: el lupus Martius; la imagen de la cerda con sus 30 cerditos adorada en Lavinio; las serpientes alimentadas en el templo de la Bona Dea; el águila, la zorra y el lobo venerados también en Lavinio (v. ANIMAL IV). El fuego (v.) pasaba por ser el signo más antiguo de R.(la madre de Rómulo era vestal). El fuego continuo y sagrado de Vesta era el hogar de R. (en griego, Hestia), garante de su arraigo geográfico y de su permanencia en la historia; velaban por él mujeres, y no debía extinguirse; si esto ocurriera, debía encenderse un fuego «nuevo». Se admitían varias divinidades protectoras de los lugares: los Lares, «señores». En general los antiguos habían...
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