Roman

Cohetes de agua 
Se acerca el verano, hace calor y mucha gente tiene más tiempo libre. Una pena, no es mi caso, pero no por ello voy a dejar de hablar deun interesante experimento que podría decirse que es tipicamente veraniego, los cohetes de agua. Estos cohetes no van a llegar al espacio pero… ¿acaso necesitamos irtan arriba? Lo interesante de estos cohetes es que son inofensivos1,divertidos y, ya puestos, sirven para demostrar en todo su esplendor la Tercera Ley de Newton:
Con todaacción ocurre siempre una reacción igual y contraria; las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentidos opuestos.
Un cohete deagua funciona por el mismo principio de acción-reacción aunque, en este caso, no se utilizan los gases procedentes de una reacción química, como sucede en los cohetesconvencionales, sino agua y gas a presión. No se trata de un simple cacharrillo de broma, algunos modelos bien construídos han llegado a alturas nada desdeñables.Actualmente, el record está en 545 metros. La idea es muy sencilla. Se toma una botella de plástico, llena de agua más o menos hacia la mitad y se coloca boca abajo.Antes, habrá que taponarla, de tal forma que al voltearla no se escape el agua pero, a la vez, podamos conectar al interior de la botella una bomba de bicicleta osimilar. Con la botella bien sujeta, volteada y en posición vertical, a través de algún objeto pesado o, para los más interesados, a través de una “torre” delanzamiento, se va bombeando aire al interior. Cuando se llega al límite de resistencia de presión por parte del tapón, saldrá el fluido a presión, impulsando el cohete.