sadaf

Frio Pasado
Mis pies estaban tan fríos que no pude conciliar el sueño en toda la noche. Me doy cuenta que estoy sola en mi casa sin nada de comida. Agarro mi chaqueta y cojo una manzana que estaba hace más de una semana, estaba agria, pero con el hambre que llevaba esa fría mañana de abril, no me importo en absoluto.
Cuando iba llegando al autoservicio, noté que no llevaba nada de dinero, asíque hice lo que siempre hacia en una situación como esa; así que entre y observe lo que pasaba a mi alrededor, estaba el dependiente y un par de señoras mayores mirando todo a su alrededor con repugnancia; caminé hacia los alimentos fríos y agradecí para mis adentros de que llevaba un abrigo ancho y guarde en mi chaqueta todo lo que pude agarrar a mi alcance. Cogí un paquete de papas y lo lleve ala caja, me dieron el precio e hice como si buscara dinero en mis bolsillos e hice cara de sorprendida y salí corriendo. “ingenuos”, pensé, cuando estaba entrando a mi casa y poniendo todo en su sitio, estaba contenta con el resultado, era mejor que los anteriores. Empecé a cocinar tratando de no gastar nada, mientras realizaba mi última comida del día, mire la hora y vi que faltaban pocas horaspara mi rutina de todos los días. Estaba cansada de esta vida, cansada de que no tenía dinero y cansada de encontrarme sola. Todos los días era la misma rutina, solo diferente material de trabajo cada noche.
Como todas las noches, me arregle y salí a mi sitio de trabajo, todo estaba igual que las demás noches, hasta que un hombre se acerco y me dio una tarjeta, se alejo lentamente, sin decir niuna sola palabra, estaba impactada, no me salía palabra alguna. Guarde esta tarjeta con mucho cuidado y salí para mi casa sin decirle nada a nadie.
Hugh Hefner. El mismísimo Hugh Hefner me había localizado, no sabía cómo actuar a esto y luego caí en la cuenta de que podría ser una broma de muy mal gusto; así que boté esa tarjeta y volví a mi puesto de trabajo e hice como si nada. Al finalizar lanoche, no tenia tanto dinero como cuando empecé pero podía pagar lo más esencial, por lo que me paraba cada día. Cuando iba a comprar lo de siempre, sentí esa culpabilidad de siempre, pare, mire a mi alrededor y vi que estaba sola, así que cogí esta oportunidad y pude sentir el placer e castigarme una vez más, mis piernas estaban llenas de cicatrices y necesitaba algo para calmar el dolor.
Diez oveinte minutos después, llegué a mi casa, con un tacón roto en mi mano, mi falda a punto de caerse de mis caderas, había perdido mucho peso los últimos meses. Para mi sorpresa, en la puerta, había otra carta en donde me amenazaban, una vez más, con echar mis cosas a la calle, como si en serio fueran a hacer semejante cosa. Agarre esa hoja y la tiré, entré a la casa, cerré mis ojos tratando derestarle importancia al mundo de afuera, pero recordé que tenía que ir a hablar con un conocido acerca de un trato que tal vez podía darme una mejor vida, así que me cambié y cuando iba llegando, comencé a ponerme nerviosa sin razón alguna, mi caminar ya no era igual de seguro al de antes y recordé la fría mirada que este hombre tenía. Entré a hablar con él, y menciono que el acuerdo era pasar unarara mercancía a un país extranjero, no quise preguntar qué clase de mercancía era porque no me importaba para nada, no tenía nada que perder, ningún familiar, ninguna posesión. Así que acepté y tenía que encontrarme con él al día siguiente para poder irme.
Por primera vez en muchos meses pude sonreír, mis problemas se iban a finalizar, así que a mitad de la noche, comencé a guardar mis cosassilenciosamente para que nadie se diera cuenta dejaba esta horrible ciudad, cuando empaqué lo necesario, ya era hora de irme, cogí mis maletas y salí sin que nadie sepa hacia donde me dirigía. Nadie sabía que dentro de poco mi vida iba a cambiar totalmente.
Amsterdam. Mi nueva vida comenzaría en Amsterdam, eso creí. Jamás pese que al poco tiempo de llegar, todo iba a ir peor, cuando llegue, todo...