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Jamás se lo dije. Pero aún con la rabia…lo extrañaba.

-El celular vibró sobre el buró. Abrí los ojos de inmediato, me acomodé en una orilla de la cama y observé el reloj. Las manecillas marcabanexactamente las 6, el sol aún no asomaba y la brisa fresca se colaba por la ventana-
¿Quién será? Como si no lo supiera…
-Sonreí al vacío. Solía hacerlo con frecuencia al pensarle, nadie me hacíasentir tan llena de vida, tan feliz, tan completa. Tomé el móvil y le eché un vistazo. Un “Mensaje nuevo” aparecía en la pantalla-
Buenos días dormilona. Despierta ya, anda que te echo de menos. Sóloquiero que sepas que hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana. ¡Ahora sal de tu cama a comerte el mundo con tu sonrisa que es preciosa! Porque de comerte a ti me encargo yo. Te amo.
Harold…-Solté en un suspiro. Me encontraba loca y apasionadamente enamorada de aquél hombre. Aparté las sábanas con los pies, brinqué de la cama y corrí hacia el espejo. Miré detenidamente mi rostro-Necesito una ducha.
-Apurada, me dirigí hacia el cuarto de baño, me deshice de la pijama prosiguiendo con mi cola de caballo. Mis cabellos largos y lacios color negro carbón cayeron como cascada por mishombros. Abrí el grifo de agua caliente mientras colocaba una toalla alrededor de mi pecho. Siempre me había gustado como se escuchaba el agua al chocar con los azulejos…sonaba similar al llover.Comencé a entrar lentamente en la regadera, me saqué la toalla y la coloqué sobre el retrete. Tomé el jabón y lo froté contra mis pezones en forma circular una y otra vez. Luego, bajé por mi abdomen hastaterminar en mi sexo-
¿Qué pasaría si…
-Temblorosa, separé con cuidado mis labios mayores, dejé a mi dedo índice aventurarse por todos lados. Cuando por fin se detuvo en el orificio vaginal…sentí ganasde hacerlo. Quería masturbarme. No era la primera vez que lo pensaba, pero temía lastimarme. Eso, y no experimentar placer-
No seas cobarde…
-Susurré para mis adentros. Introduje lentamente el...