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El sancocho millonario

Desde un suburbio edificado por las pulsaciones del tiempo en los viejos recuerdos, se escucha vibrante en cada mármol el último taconear del malambo salvaje. Solido ycandente viene de un piso tercero.
Allí una mujer robusta vestía una blusa drapeada con hombreras blancas de saint frenzell envuelta en un gabán de terciopelo con solapa grande y almohadillas,entretejido de izquierda a derecha por abrigos de pieles naturales de animales; usaba bolsillos de doble pechera en un diámetro que reducía el largo mas no el ancho de la falda y además llevaba un finodetalle de un moño chignon que venía pegado de la base del cogote. Tenía medias de nylon con zapatos de taco alto, un sombrero de terciopelo negro y ala ancha en forma de turbante traído de Moldavia, (quese hacía pequeño para su cabeza grande) y un snood o redecilla de crochet ideal para evitar un gasto innecesario del peinado .un atuendo de vanguardia que según la moda serviría durante variastemporadas.
Y así al toque de un fosforo en el muro, prende un cigarro timonel envuelto en papel toro y llevándolo a su boca, enfiesta sus frustraciones bailando al lado de un refinado chambelánimaginario.
Al dejar ya de oírse la tonada, de forma intempestiva abre los ojos y volviendo a tener conciencia de la vida, lentamente se incorpora, mira el vacio a su alrededor y al instante con desanimo¡!!Suspira!!!
Luego de siete segundos de clocks en el reloj ella estira su mano para proceder a la cata de media copa de Jack daniels vertida en las rocas, sin advertir que al llevar su rostro haciaatrás para degustar aquel sorbo de de néctar irritable, gira su cabeza con torpeza y en un mal movimiento colisiona con ímpetu, cayendo derribada en el diván.
Es allí en ese soplo, en ese lapso de tiemposentada en aquel sitio, cuando al mirar la copa fijamente y con las lágrimas del licor vertidas en su rostro, reflexionando cae en cuenta , que la indisciplina sin plata no puede existir. De este...