Sintaxis
de Ancelotti en una noche de guante blanco. Con todo, una jornada que fortalece el papel del italiano, que sin cainismos, con templanza y sin broncas, ha sido tan especial que yatiene al Madrid con una Copa y una orejona a tiro. La naturalidad de Ancelo-tti, que va a por su tercer trono europeo como técnico, ha sido un factor nada desdeñable tras temporadas de desquicios y mucha cicuta. De bajo perfil, suelen llamar con desdén a este tipo de entrenadores que no se desmadran o apropian del éxito.
BAYERN, 0-MADRID, 4
Bayern Múnich: Neuer; Lahm, Boateng, Dante, Alaba;Schweinsteiger, Kroos; Robben, Müller (Pizarro, m. 73), Ribéry (Göetze, m. 71); y Mandzukic (Javi Martínez, m. 46). No utilizados: Raeder; Van Buyten, Rafinha y Hojbjerg.
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos (Varane, m. 75), Coentrão; Bale, Modric, Xabi Alonso, Di María (Casemiro, m. 84); Benzema (Isco, m. 80) y Cristiano. No utilizados: Diego López; Marcelo, Illarramendi y Morata.Goles: 0-1. M. 16. Sergio Ramos. 0-2. M. 20. Sergio Ramos. 0-3. M. 34. Cristiano. 0-4. M. 90. Cristiano.
Árbitro: Pedro Proença (Portugal). Amonestó a Dante y Xabi Alonso (se pierde la final).
65.000 espectadores en el Allianz Arena.
Nadie estaba tan en deuda con el Bayern como Ramos, la celebridad de la noche. Había cumplido más que con creces su papel y bien que se había ganado su concursoen Lisboa. Como el fútbol tiene sus guiños con la justicia poética, el destino, o lo que sea eso en este juego de embrujos que es el fútbol, no encontró mejor icono para la jornada que Ramos, ese Pirri andaluz que hace dos cursos fue objeto de una catarata de mofas por su errático penalti en Chamartín que le costó a los blancos una semifinal ante el cuadro muniqués. Para la expiación, en elAllianz Arena se elevó a los cielos y por dos veces cabeceó a la red antes de los 20 minutos del encuentro. Defender a balón parado no es una virtud de los equipos de Guardiola, máxime cuando disponen de gente tan poco aplicada como Dante, que quiso remediarlo de la peor forma posible, con un atropello brutal a CR. A Dante y los suyos, Ramos les sacó dos pértigas. Dos remates que dejaron sonado alBayern, que ya no se levantó de la lona pese al ánimo de su hinchada, que le mima hasta en las noches de tinieblas. Una fidelidad conmovedora, el escudo prevalece siempre.
Guardiola se lamenta durante el partido. / TOBIAS HASE (EFE)
La gobernanza del Madrid fue absoluta. Nunca apareció el cuadro timorato de Dortmund. En Múnich fue un equipo rotundo, impermeable en defensa, versátil en el medio—con Modric en lo bueno y en lo mejor— y con el gatillo a punto ante Neuer. Logró que no hubiera quien ilustrara al Bayern, que en su transición ha ganado criterio pero ha perdido tonelaje. Nada que ver con aquel Bayern de toda la vida que arrollaba por músculo y la siderurgia de sus futbolistas. Hoy busca una vía menos carca, pero cierra mal por la debilidad de sus centrales, lo que deja a la...
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