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Las expresiones económica, militar, política e ideológica dela hegemonía aparecen, así, como verdaderas condiciones del ejercicio conductor de la economía-mundo que, como veremos, no parecen estar presentes en la definición de la hegemonía por venir, salvo que -también singularmente- ésta sea compartida.
En el intento de analizar todas las gamas posibles, en el presente y en el futuro, que recorrería el sistema mundial, Wallerstein supone elproceso testamentario de la hegemonía estadunidense, acompañado de un conflicto entre Europa y Asia, destacadamente Japón, como conclusión tanto de la onda depresiva del ciclo largo que arrancó con el agotamiento de los efectos expansivos de la segunda posguerra, al finalizar los años sesenta, cuanto de la propia hegemonía de Norteamérica. A partir del comienzo del siglo XXI, imagina elresurgimiento de una onda expansiva del ciclo económico, misma que, por varias razones, no tendría parecido con la última onda expansiva (mencionada líneas arriba) del siglo XX.
Entre las razones esgrimidas, destaca el nuevo tipo de alianzas en el sistema mundial, donde los Estados Unidos se acercarían a Japón y, ambos, buscarían incorporar a China; mientras Europa intensificaría su propiaalianza y buscaría sumar a Rusia. Tanto por lo que hace a la disponibilidad de liquidez internacional, como al componente científico y tecnológico de la nueva competencia internacional, los países periféricos -posiblemente el resto de Asia, y seguramente África y América latina- habrán de profundizar una situación en la que “la vida de los hombres (y la de las mujeres) evoca a menudo el purgatorio,cuando no el infierno. Y la situación geográfica es (lo será más aún), claramente, una razón suficiente para ello.”[3]
Volviendo a los ejercicios especulativos de Wallerstein, conviene resaltar algunos aspectos que él mismo juzga pertinentes, en la antesala de la construcción de escenarios:
- Para comenzar, propone reflexionar sobre los temas con los que titula a su propiotrabajo (paz, estabilidad y legitimidad), en tanto características de la plena existencia de una potencia hegemónica en el sistema mundial. La hegemonía -nos recuerda- permite la concatenación estable de la distribución social del poder; lo que implica un periodo de paz, referido a la ausencia de confrontaciones militares entre grandes potencias, no a toda confrontación militar, por supuesto....
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