Suenos De Un Callejero

XV ESCAPE

Se volvio lento el transcurrir del dia, casi una eternidad, pero al fin la noche tomo control del espacio. Aquella otra treinta y enesima pieza de enero norepresentaba nada de particular, excepto que ahora Miguel tenia en su mano un frasco completo de pegamente, el que para su suerte olvido guardar un zapatero del Parque Morazan.
En tantocaminaba corroborada que nadie lo hubiese detectado, pero el inocultable abultamiento de su bolsillo lo delataba, teniendo entonces que medio mundo supusiera la semi-clandestinaoperacion. Se sintio inseguro, que perseguible , habia quebrado una de las normas elementales de convivencia, no robo pero tomo lo que sabia que era ajeno y eso lo sujetaba a las miradas delos inquisidores; su incomodidad antes que por verguenza se daba por temos a perder lo que recien recogiera.
Desde su orfandad presunta nunca antes encontro sentido a laexistencia hasta que aparecio ella, el oxigeno que le impulsaba a respirar en su transcision por el conglomerado humano, sin mancha o contaminacion escondida de la cual al guardar recelo. Lamuchacha le parecia ausente del pecado, distante de la mentira de la humanidad, algo asi como el angel que cae del cuelo en el momento mas dcandente de la tribulacion.
No pudoescapar de la ausencia de su admirada admiradora por faltar algo que no podia entender, comenzando asi a comprender que su avenimiento no dependia de cuanto el hiciera, pues alla eraindependiente y quizas reacia a su ansiedad por encontrarla; torpe el pensando que ella afloraria conforme a la intervencion de sus sentidos. Acepto que una magica incertidumbrelimitaba su capacidad para hacerla venir. Ella era irreal para la conexion exterior de su cerebro mas no estaba en darle vigencia; se fromaba y transformaba con voluntad propia.