Síntesis La Carta Robada

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

SÍNTESIS
LA CARTA ROBADA
EDGAR ALLAN POE






La Carta Robada.
Me hallaba en París en 18… Luego de una tenebrosa y tempestuosa noche de otoño, gozaba de la meditación y de una pipa en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin en su minúscula biblioteca, localizada en la calle Dunot número 33, en el jaubourg Saint-Germain. Por mi parte discutía conmigo mismola analogía que unía el misterio de la Rue Mogue y el asesinato de Marie Roget. Se abrió la puerta de la habitación nuestro antiguo conocido el señor G., prefecto de la policía parisiense. Dupin oyó decir a G. que había venido para pedir opinión de mi amigo respecto a un asunto que había generado conflictos. —Y ahora, ¿cuál es el inconveniente? — inquirí—. Espero que no esté vinculado con uncrimen. Antes de comenzar advertiré que exige el mayor secreto, podría perder mi puesto si alguien lo supiera. Fui notificado por alguien de cargo importante, que de las habitaciones reales fue robado un documento importante. Se sabe quién es el sujeto que la hurtó, lo vieron apoderarse de él. El documento sigue en su poder. — ¿Cómo se entero de eso?— inquirí a Dupin. Me atrevo a asegurar que esafunción le otorga a su poseedor determinado poder en cierto lugar donde ese poder es de un valor inapreciable. — El ratero — dijo G. — es el ministro D., quien se expone a todo, que sea deshonroso en un ser humano. El método del robo ha sido inteligente. El documento, una carta, fue recibida por la persona robada mientras ésta se encontraba en el boudoir real. En tanto que la persona la leía, unpersonaje irrumpió el momento, inútilmente intentó lanzarla a un cajón, tuvo que dejarla abierta encima del escritorio, la letra estaba vuelta hacia abajo, y el texto, era incompresible, sólo el sobrescrito quedó hacia arriba, la carta pasó inadvertida. En esos instantes el penetra el ministro D. Su mirada descubre el papel, reconoce la grafía del mismo, nota la turbación de la persona a quienestaba dirigida y advierte su secreto, saca de su bolsillo una carta un tanto parecida a la misiva en cuestión, aparenta que la lee y la coloca a un costado de la otra. Después de platicar, por fin, se despide y toma de la mesa la carta, de la cual no es el propietario. La persona robada de da cuenta de esto. Pero nos e atreve a llamarle la atención. El ministro se retira dejando sobre el escritorio supropia carta. — Ahí tiene usted— me dijo Dupin —, el ratero está enterado de que la persona hurtada conoce a su ladrón. Cada día que pasa la persona robada se convence más de que es necesario recuperar su carta.
Está claro como se ha destacado la misiva sigue en poder del ministro. Mi primera actividad ha sido realizar una meticulosa indagación en el hotel del ministro. Con frecuencia seausenta por toda la noche. Poseo llaves para abrir todas las habitaciones o gabinetes de París. La recompensa es enorme, no abandoné la búsqueda hasta estar convencido de que el ladrón es más astuto que yo. El papel está evidentemente en el hotel. Cada día que pasa la persona robada se convence más en recuperar la carta. Mi primera actividad ha sido realizar una indagación meticulosa en el hotel delministro. Con frecuencia se ausenta de su casa durante toda la noche.
Poseo llaves con las cuales para abrir cualquier habitación o gabinete de París. Examinamos el mobiliario de cada habitación, cada pulgada cuadrada fue sometida a un nuevo examen con el microscópico e hicimos lo mismo con las dos casas contiguas.
Aproximadamente un mes después nos hizo una segunda visita y nos encontróocupados poco más o menos del mismo modo que en la ocasión.
—Y bien, G., ¿qué hay de la carta robada? No es cosa sencilla ganarle al ministro —. ¡El diablo lo confunda! Realicé a pesar de todo un nuevo examen, pero todo fue inútil. — ¿A cuánto asciende la recompensa ofrecida de que usted habló? —Preguntó Dupin. —Pues a una gran cantidad, prometería entregar por mi cuenta un cheque de cincuenta...