TÚ COMO YO Viridiana

TÚ COMO YO
De la mano todo el día Daniela y Ana corrían el patio de la gran casona. La niña llenaba de contantes mimos a su muñeca de trapo, su padre recién la había traído de su último viaje. Conpedazos de tela finas que sobraban de la hechura de sus propios vestidos, la niña confeccionada en pequeño una réplica para su compañera.
La hora de la comida era también una cosa digna de contemplar.La mamita amorosa le daba peños bocados a la muñeca con una cuchara de palo diminuta.
El apegado de Daniel a su nuevo tesoro, se debía al escaso u omiso caso que hacía de ella madrasta. Una mujerhermosa y joven, más preocupada porque sus enaguas estuviesen bien almidonadas que la falta de atención que denotaba la niña. Daniela nunca conoció a su madre a suerte que la podre muriera en el parto.La nueva madrasta, que no había sido la única, constantemente alentaba a la niña a jugar fuera de formas nada gentiles o amorosas. Por ellos el apego a su Ana.
El padre había olvidado comprarboletos para el teatro, una actividad imperdible para la nueva madrastra que enseguida comenzó a dar muestra de berrinche. Desde luego que una de ellas era desquitarse el enojo con la niña.
A la hora de lacena, el ambiente era algo pesado, el padre evitaba la charla y cualquier confrontación en la mesa. Por otro lado la mujer se esmeraba en hacer notar que aún seguía disgustada, gritando que poníaaprisa la mesa y servía la comida.
.Siente bien

¡Siente bien!
¡quita los codos de la mesa!
¡cómete los vegetales!

Se lucía la madrasta con cada movimiento que hacia la pequeña involuntariamente. Almarchar a su recamara, Daniela se sentó con su querida Ana sobre las piernas, acomodo un plato de su juego de té y se acercó una cucharada.
Daniela le daba bocados a su criatura para que bastacomiera. Poco a poco, la cucharada subía y bajaba con más fuerza. La boca de la niña se fruncía, igual que su ceño.
¿Qué ¿Pero por qué no comes, Ana?
é, no te gusta la comida+
?
¿no esta buena para una...