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LAS PENAS DEL NIÑO PABLO

Era una mañana como tantas otras en el pueblo de Cotabambas, el sol se asomaba por el oeste tan resplandeciente que anunciaba un día caluroso en la Hacienda de DonCalixto, hombre importante en el pueblo, no solo por la riqueza que tenía, sino por la gran cantidad de propiedades que poseía, el kuntur ordenaba el establo y daba de comer a los caballos, mientras yoensillaba el caballo de Don Calixto para su paseo diario por la hacienda; de pronto oí que alguien me llamaba:
¡Niño Pablo ven aquí inmediatamente!
Era el capataz de la hacienda Cristóbal, me dijocon voz enérgica y autoritaria:
¿Ya preparaste el arado?
Le respondí que aún no lo hacía porque estaba ensillando el caballo del patrón.
Entonces con voz enojada me dijo que me apurara. A lo queasentí con la cabeza.
Intenté hacer lo que me pedían, lo más rápido que pude, pero mi esfuerzo no era suficiente para aquel capataz que parecía no tener sentimientos y abusaba de nosotros los quetrabajábamos en la hacienda desde pequeños.
Triste y asustado pues no terminé de hacer lo que me había mandado el capataz, regresé a la hacienda, me topé con el kuntur, él era un indio fuerte como un torocapaz de domar al más indómito de los caballos, me miró y me dijo:
-Niño Pablo, dime, ¿ya ensillaste el caballo de Don Calixto?
- sí, le respondí
- ¿preparaste el arado?
- ¡Kuntur, se han llevadoel arado!
- El me dijo:
- ¡Ahora que vas a hacer, que le dirás a Cristóbal, se enojará muchísimo!
- No lo sé kuntur, tengo miedo de Cristóbal me azotará, y si me escapo de la hacienda.
El medijo:
No vale la pena niño Pablo.
Yo le dije:
Es lo mejor, estoy decidido, me voy!
Justo en ese momento entró Cristóbal – el capataz- y me preguntó:
¿Dónde está el arado niño Pablo?
Yo le contestéque se había perdido.
Enfureció y me dijo:
¡Como que lo perdiste, ahora verás lo que te sucede!
Tomo un látigo y empezó a pegarme, solo lloré y lloré y el kuntur me dijo:
Te ayudaré a escapar...