tesis de doctorado



Nombre del profesora: Dra. Reyna Hernández-Tubert
Materia: Técnica I
Alumna: Georgina Martínez Montes de Oca
Fecha: 23 de febrero del 2013.
Reflexiones sobre las lecturas del Cap. 1, de Etchegoyen, R..H (2009, 3a. Ed.): Buenos Aires: Amorrortu, pp. 27 a 37 y Racker, H. (1990): Estudios sobre técnica psicoanalítica. Estudio 1. Introducción a la técnica psicoanalítica. 15-40
Volver aleer a Etchegoyen, yo aún conservo la primera edición e impresión color guinda pero leí, el capítulo 1 de la tercera edición que salió a la venta 2009, me recordó y me hizo sentir, por un lado, que ya lo había leído muchas veces, : que recordaba la lectura con bastante fidelidad y la otra, que me da el mismo temor ante la difícil y compleja tarea de los psicoanalistas, tan distantes de lo que es lapsicoterapia, y más aún en estos tiempos, en donde, esto no lo menciona el autor, pero tantas y tantas discusiones sobre la teoría de la técnica, y este camino de ida y vuelta que, es consustancial al tratamiento psicoanalítico: la teoría que alimenta la técnica (y que para Freud realmente fue al revés) y la técnica que alimenta y retroalimenta a la teoría. Recuerdo un profesor que nos decía (enotra institución) que si uno no había logrado “escuchar” lo que decía un paciente, que no nos preocupáramos, que como un disco que gira y vuelve a girar, lo íbamos a observar ese contenido latente para poder intervenir. Yo creo que es mucho más difícil que eso, y aunque no dudo que la repetición del material se materializa en las resistencias y en la propia transferencia que es, como entiendo,la resistencia más complicada pero a la vez más útil, la tarea analítica, en su cientificidad, pero un trabajo tan fino que requiere del instrumento, también escurridizo de nuestro inconsciente, de nuestra subjetividad, de nuestra contratransferencia pero de muchísima comprensión de un teoría, una técnica y una ética, donde creo que entre lo que llamó Freud en 1910 en “sobre el psicoanálisissilvestre; Etchegoyen, 2009: 37), que sólo no debemos opinar sobre personas y hechos dónde no se pueden controlar las variables que Freud introdujo y a las que llamó encuadre, sino que además de ser cautelosos de no presumir un saber que no se tiene por la investidura que nos confieran otros, por ser psicólogos, psicoanalistas; tampoco esa investidura, no nos debe hacer sucumbir hacìa la curiosidad(ni la del paciente ni la nuestra), porque pese a ser una técnica que nos requiere tanta formación, por el otro también vulnera nuestras propias defensas, y podríamos llegar a ser más pueriles, en un continuo entre el arte de poder contratransferencialmente sentir con y por el paciente y poderlo llevar a uestro análisis personal y, por el otro, nuestra alta responsabilidad ética.
Freud mencionaque a diferencia de lo que hacen otros abordajes psicoterapéuticos, que como el lienzo de óleo, que ante el cual podemos corregir con más pintura, aquí la labor, es mucho más difícil, es atender a las resistencias que todo paciente, estando en la etapa que esté en el tratamiento, desde el primer encuentro, la primera llamada, presentará resistencias, que hay que ir, a manera de una cebolla,cuidadosamente y repetidamente, ir como la analogía que hizo de la escultura, extraer del material a trabajar, mármol, ónix, piedra cualquiera, tallar hasta lograr que se materialice la esencia de la persona, y si recordamos hasta el próximo sentido de esta palabra, ni siquiera ya con la denominación “máscara” que significa este término, sino su esencia. Un tratamiento, una técnica que continuamentese confronta con la teoría y a la vez que, como lo hizo, valientemente Freud siempre, la modifica, una humildad combinada con genialidad, que reto.
¿Qué tan distintos son realmente el psicoanálisis de la psicoterapia?. El recorrido histórico que hace en este primer capítulo Etchegoyen (2009), desde Vives (1492-1540), Paracelso (1493-1541) y Agripa (1486-1535) pasando por Weyer, Pinel, esquirol,...