Texto Ibañez

1. LA INEXCUSABLE EXIGENCIA GENEALÓGICA
Refiriéndose a la historia de la psicología social, Robin Gilmour y Steve Duck no dudaban en afirmar, hace algún tiempo, que: « ... sería ingenuo pensar que hemos tenido un pasado» (Gilmour y Duck, 1980, p.llO). Esta afirmación es trivial si se limita a decir que la psicología social está configurada por diversas orientaciones teórico-empíricas y que cadauna de ellas arranca de una tradición particular que ha seguido un proceso de desarrollo histórico específico. Tomada en un sentido más fuerte, la afirmación de que un mismo objeto actual, en este caso la psicología social, tiene «varios pasados», abre un debate, sin duda muy interesante, en cuanto a la naturaleza del discurso histórico, por una parte, yen cuanto a la naturaleza de la causalidadsocial por otra parte. No quiero eludir este debate y mi postura quedará reflejada a lo largo de este libro, pero tampoco está en mi intención abordarlo de entrada. Basta por el momento con apuntar a una evidencia que nadie tendrá dificultad en admitir y que no es otra que la constatación de que existen varias formas de escribir la historia de una realidad actual. Nadie encontrará tampocodificultad alguna en admitir que la forma en que se escribe la historia puede afectar, con menor o mayor fuerza, la configuración misma del presente. El que se deduzca a partir de estas dos premisas que la forma de relatar el pasado influye necesariamente sobre el futuro, puesto que afecta al presente, o que se deduzca simplemente que ese relato pueda influir sobre el futuro, dependerá esencialmente de quese participe o no de un credo determinista. Pero en cual-

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quiera de los casos queda claro que ninguna historiografía es «inocente». Así, por ejemplo, la historia de la psicología social publicada por Gordon Williard Allport en el Handbook of socíal psychology de 1954 (Allport, 1954), convertida, como es conocido, en la historiografía estándar de la disciplina, contribuyó probablemente afortalecer la orientación positivista, individualista y experimentalista de la psicología social, en conformidad con la postura defendida por su hermano Floíd Henry Allport en los años veinte (Allport, 1924). Hasta hace pocos años, los tópicos historiográficos establecidos por G. W. Allport en su famoso capítulo del Handbook se daban por supuestos en casi todas las presentaciones históricas de lapsicología social. En efecto, pocos manuales se olvidaban de recordarnos que: - La investigación científica en psicología social se inauguraba en 1897 con los experimentos del entonces estudiante Norman Triplett (Triplett, 1897). - La aparición académica de la psicología social acontecía en el año 1908 con la publicación de los dos primeros manuales de la disciplina, el del polémico psicólogoinglés William McDougall (McDougall, 1908) y el del sociólogo estadounidense Edward Alsworth Ross (Ross, 1908), testimoniando así, desde un buen principio, la doble filiación genealógica de la psicología social. - La psicología social tenía ciertamente una rica: ascendencia europea, pero que era en «suelo americano» donde había conseguido germinar, florecer y dar sus frutos más genuinamentecientíficos. G. W. Allport explicaba también en su capítulo el sentido en que se podía considerar que la psicología social había sido «descubierta» por Auguste Comte, entronizando así al filósofo positivista como «padre fundador- de la disciplina. Tuvieron que transcurrir muchos años antes de que se empezara a cuestionar seriamente cada uno de estos tópicos. Por ejemplo, no era cierto que la experimentaciónen psicología social apareciese con Triplett, ni tampoco existía razón alguna para destacar especialmente el año 1897 (Haines y Vaughan, 1979). Por otra parte, el manual de E. A. Ross se limitaba a familiarizar al lector anglófono con una serie de aportaciones elaboradas en Europa (Lubeck, 1981; Pepitone, 1981a), y el instintivismo que rezumaba de la obra de McDougall nunca consiguió cuajar en...