Textos breves para lectores que van de prisa
Páginas: 2 (459 palabras)
Publicado: 8 de noviembre de 2010
Propios textos breves
Yo permanecía solo, no había nadie más. La soledad la sentía espesa, palpable, tenía ganas de llorar; no podía, me era imposible. Mis pensamientos no salían de su pesar y sutristeza, todos mis sentimientos se apretujaban en mi corazón y contenidos me ahogaban en mi propia y reciente historia. Alcé mi vista y te vi, humilde, cansada, exhausta. Te acercaste, y al tiempoque abrías hacia mí tus brazos musitabas con voz afligida pero plena de dulzura la palabra más exquisita del mundo: ¡Perdóname!
Sólo se escuchaba el tic tac, tic tac del reloj alojado en el baúl derecuerdos de mi madre. Un espeso silencio me interrumpió con su siseo incesante. Luego se fue acercando, primero lejano, luego más cercano el run run de un motor, que seguramente no me traería noticiabuenas.
El run run cesó, le siguieron varias pisadas rápidas y el ¡zaz! de la puerta violentada me sorprendió. Mi adrenalina emergió sin que yo pudiera hacer algo por controlarla. Quise huir, perome detuvo el enérgico grito del comandante: ¡No te muevas! ¡No intentes nada!
Salí con las manos esposadas y el pas…pas…pas…de mis propias pisadas me pareció los lamentos de un condenado a muerte.¡Qué claridad la de este día! Hoy sólo conozco la alegría. Canto de júbilo y grito emocionado; camino, me siento ligero. Saludo y veo rostros nuevos, relucientes, iluminados de gracia y gratitud.Entro a la escuela y…¡No son gritos ni palabras vanas! Escucho algarabía envuelta en armoniosas emociones desatadas; jovialidad y entusiasmo encuentro por doquier. Y lleno de asombro me pregunto: ¿Seráporque hoy mi padre me ha besado?... ¡Sí, sí, Mi padre me ha besado!
La sonrisa amplia, límpida e inocente nacida de unos labios delgados y rectos que se conjugan con esos ojazos negros,plenos de ternura y atracción, y que parecen vigilar una linda y respingona nariz que acrecienta la cara delgada y simétrica de mi hijo; me hace el más feliz de todos los hombres.
Una barca austera...
Yo permanecía solo, no había nadie más. La soledad la sentía espesa, palpable, tenía ganas de llorar; no podía, me era imposible. Mis pensamientos no salían de su pesar y sutristeza, todos mis sentimientos se apretujaban en mi corazón y contenidos me ahogaban en mi propia y reciente historia. Alcé mi vista y te vi, humilde, cansada, exhausta. Te acercaste, y al tiempoque abrías hacia mí tus brazos musitabas con voz afligida pero plena de dulzura la palabra más exquisita del mundo: ¡Perdóname!
Sólo se escuchaba el tic tac, tic tac del reloj alojado en el baúl derecuerdos de mi madre. Un espeso silencio me interrumpió con su siseo incesante. Luego se fue acercando, primero lejano, luego más cercano el run run de un motor, que seguramente no me traería noticiabuenas.
El run run cesó, le siguieron varias pisadas rápidas y el ¡zaz! de la puerta violentada me sorprendió. Mi adrenalina emergió sin que yo pudiera hacer algo por controlarla. Quise huir, perome detuvo el enérgico grito del comandante: ¡No te muevas! ¡No intentes nada!
Salí con las manos esposadas y el pas…pas…pas…de mis propias pisadas me pareció los lamentos de un condenado a muerte.¡Qué claridad la de este día! Hoy sólo conozco la alegría. Canto de júbilo y grito emocionado; camino, me siento ligero. Saludo y veo rostros nuevos, relucientes, iluminados de gracia y gratitud.Entro a la escuela y…¡No son gritos ni palabras vanas! Escucho algarabía envuelta en armoniosas emociones desatadas; jovialidad y entusiasmo encuentro por doquier. Y lleno de asombro me pregunto: ¿Seráporque hoy mi padre me ha besado?... ¡Sí, sí, Mi padre me ha besado!
La sonrisa amplia, límpida e inocente nacida de unos labios delgados y rectos que se conjugan con esos ojazos negros,plenos de ternura y atracción, y que parecen vigilar una linda y respingona nariz que acrecienta la cara delgada y simétrica de mi hijo; me hace el más feliz de todos los hombres.
Una barca austera...
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