Tres deseos
Se acercaba el final del milenio según el calendario de las tierras del imperio, y el emperador, que conocía la levedad de juicio de todos sus habitantes, decidió visitar uno trasotro los tres grandes países sobre los que ejercía su autoridad.
Llegó al primero de ellos, reunió a sus notables, y les informó:
- Se acerca el final del milenio y quizá esta sea una épocatormentosa. Conozco que la naturaleza humana, con sus creencias y supersticiones, puede hacer de estos tiempos algo difícil. Decidme qué es lo que deseáis.
El primero de los notables se adelantó y comunicóal emperador cuáles eran los deseos de las gentes de su país.
- Emperador - dijo con sumo respeto - muchos de entre nosotros piensan que el mundo se va acabar. Durante días y días, generaciones ygeneraciones, han trabajado pensando en el futuro, pero ahora parece que ese futuro va a dejar de existir. Rogamos a nuestro emperador que nos conceda la posibilidad de vivir a partir de hoy mismo sinpensar en ese futuro y deleitándonos, hasta nuestro previsible próximo fin, con todos los bienes de los que podemos gozar en el presente.
El emperador no se asombró por la petición. Y tranquilamenterespondió:
- Que vuestro deseo se haga realidad.
Visitó a continuación al segundo de los países. Se reunió con sus nobles, les dirigió un pequeño discurso muy similar al usado en el país anterior,y escuchó lo que tuvieran que decirle.
- Emperador - comenzó a decir el comisionado - creemos que la proximidad del final del milenio es un anuncio de que el término de nuestro mundo está cercano.Por ello deseamos que estos últimos días podamos dedicarlos a la reflexión lejos de toda preocupación.
Y el emperador también les respondió:
- Que vuestro deseo se haga realidad.
Se dirigiódespués el emperador al tercero de los países, y los representantes del pueblo le plantearon su deseo.
- Emperador - comenzó a decir el mayor de los representantes - nuestras gentes piensan que tal vez...
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