Un día

Un día en Makro

Desde hace menos de un par de años en Venezuela, empezó una misteriosa desaparición de los alimentos de la cesta básica, es decir la harina PAN, la leche, el azúcar, el café, también se unen a esta lista el papel higiénico, el jabón Palmolive y la crema dental Colgate, y obviamente todos los venezolanos nos vemos implicados, tristes y simplemente ridiculizados en el extranjeropor este hecho. No obstante, cuando al gobierno le da la gana de aparecer con estos alimentos una vez a la cuaresma, se hacen unas colas infinitas, donde pobres personas amanecen en ellas, para así poder tener que comer. Siempre es una pelea, cada que llega un paquete de cualquier cosa, todos se desesperan, corren y hasta discuten con los demás por solo tener un paquetico de eso, ahora... ¿Hace unaño atrás, esto sucedía así?, no que va… Antes tu podías ir, sencillo, sensual y con mucho billete en tu bolsillo a Makro, comprar todo lo que te pasara por la cabeza, desde lo más barato y pequeño hasta lo más caro y grande, y nadie se quejaba, podías comprarte tus treinta harina PAN, llevabas todos los paquetes de azúcar, café, leche que te diera la gana, ah, y lo más sabroso era comprarbastante papel higiénico a nuestro placer, ¿ahora qué?, a penas te dan cuatro harinas, dos azúcar y un paquete de cuatro rollos de papel higiénico.
Makro, bueno, es algo complicado, cuando antes tenía su propio equipo de fútbol y rifaba carros últimos modelos, ahora quedo fue para hacer cola kilométricas y de estacionamiento para el McDonald’s que está allí, si es triste, pero que más se le hace, supersonal es amargado, hasta el punto que intentaron sacar a mi tía por ir hacer comprar compulsivas… ¿Qué tiene de malo hacer colas compulsivas?, todos tenemos el derecho de comprar lo que queramos y cuando queramos, estamos en un país libre, supuestamente.
Llegando a Makro, primero hay que dar unas cuantas vuelticas en el estacionamiento para encontrar un puesto cerca de la salida, para así notener que caminar tanto con los productos, fino, ahora nos toca dirigirnos a la entrada, cuando de repente una salvaje cola aparece, solo para sacar un pase de entrada para aquellos que no tienen el carnet como cliente de Makro, bueno, uno accede a la hermosa cola, de unas cincuenta personas, corta en comparación con otras, quedé pa’ donde el diablo dejo los interiores, para el fondo, y nada que semovía la cola, la chica que estaba adelante un poco más longeva que yo, me dijo: “el sol está rico hoy, aunque tuve que haberme traído el paraguas”, yo solo pensé «qué loca está esta mujer», pero le respondí: “sí, claro”, de verdad que no aguante las ganas reírme, hasta que por fin se movió unos centímetros y logré taparme del sol, luego de unas horas pude pasar mi cédula para que dieran mi pase decortesía, yo alegre y feliz cuando de repente otra salvaje cola adentro de Makro, más del triple de larga que la de afuera, me sentí como si Darth Vader me hubiese dicho que era mi padre o como si el Titanic se estuviese hundiendo y yo a bordo de él, una de las cosas más dolorosas y una de las decisiones más fuertes que he tomado en mi vida fue meterme en esa cola infernal.
Uno de los shows másgrandes al estar en estas espantosas colas, son los carritos, sabemos que estos carritos para meter los productos son anchos y largos, que cuando uno va con ellos van golpeando a todo el que se le aparece ya que son duros para girar, o no sé si era el mío nada más, pero sí, me lleve a unos cuantos por delante, solo me faltaba una corneta así como la de una gandola para que se apartaran, allí esdonde uno hace los enemigos más peligros del mundo, en una cola, esos son los peores, son capaces de joderte la vida en cuestión de segundos, sacarte de la cola y quedas frito o simplemente quitarte un producto que añoraste tanto cuando viste que lo colocaron en el mostrador, yo creo que eso es lo más doloroso.
Las personas que te acompañan ese día, cada quien anda en lo suyo, una haciéndose...