Una cuestión de género
La salud laboral, en España, ha sido tradicionalmente estudiada, tratada y prevenida en relación a las características de los hombres sin tener en cuenta las diferenciasconstitucionales y biológicas de las mujeres. Si además sumamos los escasos estudios existentes sobre drogodependencias y género, el problema de abordar condiciones de trabajo y consumo en las mujeresse incrementa.
La masiva incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, la aparición de nuevos empleos, la introducción de nuevas tecnologías y herramientas de trabajo, los cambios en laorganización del trabajo, las demandas de adaptación y flexibilidad de la mano de obra o nuevas situaciones, y en definitiva, por la incorporación de las mujeres a nuevas ocupaciones, tradicionalmenteespacios reservados para la mano de obra masculina, nos indica que no sólo los problemas que afectan a la salud laboral son o pueden ser de otra índole que los identificados habitualmente, sino además, quelos padecimientos que pueden sufrir las mujeres por el sometimiento a los agentes de riesgo detectados, especialmente los factores psicosociales y a las afecciones musculoesqueléticas, sondiferentes a las que habitualmente se identifican para los hombres, y ello porque las mujeres poseen características físicas psíquicas propias de su género, pero además porque sus condiciones de trabajodifieren sustancialmente de las de sus compañeros varones que a menudo implican más factores de riesgo, no identificados ni visualizados..
Es alarmante que el 20% de la población trabajadora en generaltomen analgésicos, reconstituyentes, antidepresivos, estimulantes, hipnóticos, etc.
Poniendo en relación lo anterior con las circunstancias socio-culturales que definen el entorno familiar y socialen el que se desenvuelve la mujer, a la actividad desarrollada en la jornada laboral, hay que añadir el doble trabajo doméstico. Por tanto, para una mujer trabajar en el turno de noche o los...
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