Una historia construida a mano

A tan sólo 62 kilómetros de la ciudad de Medellín, y al terminar una carretera cuesta arriba, se encuentra la Cuna de la Cerámica Artesanal, municipio fundado en el año de 1.752, rico en extensión territorial y en manos, puras y sencillas, que dan vida a la cerámica. Nuestra Señora del Carmen de Cimarronas, hoy Carmen de Viboral, es un pueblo que tiene historia, que lleva en lo más profundo de suser un legado perenne de arte y cultura. Por tal motivo, esta población de artesanos, de casas con fachadas adornadas con platillos, chocas y tazas de cacao, es conocida como “la perla azulina del oriente antioqueño”.

Como guardián bolivariano, en el parque del pueblo, se encuentra suntuosa la estatua de Simón Bolívar, quien con una postura erguida demuestra que, de día y de noche, él es quientiene el poder. En frente tiene el Templo de la Virgen del Carmen, patrimonio histórico; en su costado izquierdo, se ubica el Palacio Municipal; y como emblema artístico, por una de las calles de su costado derecho inicia el recorrido de ensueño, con un toque de arte singular y muy exclusivo de Viboral: la Calle de la Cerámica.

“En la mansa familiaridad de las calles, la sombra de un árbolcuelga inmóvil sobre el muro blanco y de pronto sin raíz el deseo de quedarse en este día, siempre”
(José Manuel Arango. Poema XI carmelitano 1937-2002).

Con frases que emanan sonidos de arte y esplendor, además con estilos diferentes, están adornadas todas y cada una de las fachadas de la Calle de la Cerámica, camino ubicado entre la 28, la 29, la 30 y la Avenida de los Libertadores.Platos, pocillos, chochas, fragmentos de baldosas o vajillas olvidadas, con formas de plantas, animales, flores y frutas; además de aquellos faroles españoles coloniales que dan vida y recrean esta calle, son para este pueblo el símbolo del esfuerzo, la tenacidad y la cultura. Para el mundo son la expresión de una pequeña parte de la humanidad, que a pesar de las dificultades, aún quiere que en algunacasa de Antioquia, o del mundo, se utilice la famosa vajilla carmelitana.

Al terminar de cruzar esta calle, y caminando otras 6 cuadras más, se encuentra una casa de fachada humilde y con un garaje grande, donde reposan, en el suelo y en estantes de madera corroídos por el tiempo, las vajillas que han sido fabricadas, por un hombre que desde los 12 años de edad ha jugado con arcilla y carbón.Agotado por los años, con una expresión de tristeza y satisfacción, Don Clemente Betancourt, pionero de la cerámica en el Carmen, con su delantal de trabajo, la maquinaria lista y la mezcla de arcilla en su punto, está de pie en su taller, un espacio grande de su casa, ubicado en el fondo de la misma, y en donde se encuentra el horno gigante, las vajillas en proceso, las máquinas y, lo másimportante simbólicamente, una grabadora, que por su figura, parece acompañarlo desde sus inicios como artesano y que siempre está sintonizada en Radio Reloj porque, según él, “siempre me le da la hora”.

En este lugar, concebido como un templo, Don Clemente dedica su tiempo a crear vajillas de cerámica de la forma tradicional, rudimentaria y pura. Su fuerza está en su vida y esperanzas deartesano y en la compañía de su esposa “Inés”, una mujer, que con una sonrisa tímida, atiende a los pocos visitantes que compran alguna taza o plato sopero. Silenciosa y pensativa; después de algunos minutos y dando respuesta a una pregunta hecha por un comprador, ella pronuncia, “esa tasita vale mil 200”.

Mientras tanto Clemente, amasando con sus manos delicadas la arcilla, cuenta, con lujo dedetalles, la historia artística del Carmen de Viboral. Con tan sólo 12 años de edad, y con muchas ilusiones perdidas, comienza su trabajo como artesano, un dura labor que algunos años más adelante, lo llevaría a convertirse en uno de los grandes artistas de las montañas antioqueñas. “mi primer trabajo lo tuve en la primera fábrica del Carmen, no tenía nombre, sólo recuerdo que el patrón era Eliseo...