una nueva etica del agua

Una nueva ética del agua o cómo derrotar los discursos oficiales
Esa es la cultura que estamos desarrollando, la del agua para la paz, la construcción de los valores como la solidaridad, pero noesa que se queda en los discursos, en las grandes inversiones publicitarias, en el efecto de dramáticas palabras vacías de sentido en tanto que las acciones de empresas y gobiernos siguen permaneciendodivorciados de sus pueblos. Mientras nos reunimos en espacios cerrados y alejados de nuestros pueblos, mientras cobremos matrículas en dólares y pongamos obstáculos a la participación popular,mientras nos neguemos a escuchar y a mantenernos separados de nuestras bases, no podremos tener moral y consistencia política y humana, mucho menos autoridad moral para hablar de escasez, cuando sabemos queel problema del agua es de distribución y acaparamiento en manos de las grandes transnacionales embotelladoras, entre otras, no podemos hablar de inversión real cuando despilfarramos ingentescantidades de dinero en basura publicitaria, no podemos hablar de mala administración o incapacidad o incompetencia, mientras nuestros pueblos originarios han ciudado y reverdecido nuestras cuencas y bosques,mientras el discurso cínico de las corporaciones habla de mala calidad y contaminación llevada a cabo por sus propias empresas y negocios cuyo único fin es el lucro.
Hay sacar el tema delagua -indispensable como el aire, para vivir- de los tratados de libre comercio, de OMC y los IFI, para comenzar a replantearnos si somos verdaderamente demócratas y consecuentes con la idea de escuchary respetar los deseos de las mayorías, o de proteger -si es el caso- los derechos de las minorías. No hay que dejarse confundir porque los discursos son acomodaticios y salen las palabras delicadassegún la ocasión. El agua, como dijeron los pueblos originarios durante las Jornadas de Defensa, brota con fuerza en voz de los más pobres y excluidos. La humanidad recibió al siglo XXI con nuevas...