Una Vida De Soledad

Una vida de soledad

Crecí en un pueblo cálido de la provincia de Valladolid. Sus gentes se saludaban por las calles porque todos se conocían, todos formábamos parte de un mismo lugar; los niños inundaban con sus risas, gritos y llantos las calles y parques del pueblo, volviéndolo un lugar feliz, un lugar agradable y cálido, lleno de vida.

Han pasado muchos años desde entonces, han pasadotantos años que no recuerdo siquiera esa calidez que te inunda al pasar por un parque y ver que está lleno de niños jugando con la arena, corriendo, o simplemente pasándose un balón o lanzándose desde un columpio. Pero ahora los niños no juegan en la arena porque ensucia, los niños no corren porque no se quieren cansar, los niños no se pasan un balón porque prefieren pasarse la última máquina deNintendo y los niños no se lanzan desde un columpio porque pueden hacerse daño. Ahora ocurre todo esto, y por eso los parques de mi pueblo están muertos y sin vida, porque los niños que intentan darles vida son tan pocos que se pueden contar con los dedos de una mano, además esos niños ya no pertenecen aquí, ya no son del pueblo, son niños extranjeros, son niños de afuera. ¿Qué ha pasado con losniños que aquí habitaban? Los niños de ahora, los del pueblo, prefieren quedarse en casa jugando a la primera consola que pillen o simplemente conectados todo el día a Internet, divirtiéndose viendo videos en You Tube, o conectados a cualquier red social… ¿Red social? Es curioso que se llamen así esas páginas, por la sencilla razón de que lo que hacen es precisamente lo contrario, te vuelve insocial.Los niños de ahora salen del colegio, vuelven a casa a comer, encienden la televisión y ven algún que otro programa dedicado especialmente a ellos, y cuando acaba el programa, suben a su habitación y se insociabilizan. ¿Qué hay de social en estar encerrado en tu habitación frente a una pantalla sin vida escribiendo palabras que podrías decir a la cara de esa persona sintiéndola, pero ¿para qué?Estos niños han crecido así, han crecido solos.

Recuerdo un día, no hace más de un mes, con mi primo de diez años. Estando en su casa, cada día iba, cogía su portátil y se pasaba la mañana viendo videos por Internet, chateando o jugando a minijuegos online. Me aprendí la mecánica. Subía a su casa, recogía su habitación, le preparaba el desayuno y le obligaba a vestirse, peinarse y lavarse losdientes, y después cogía su portátil y se evadía. Cansada de ver la televisión día si día también mientras estaba con él, decidí hacer lo mismo que estaba haciendo él, y empecé a llevarme el portátil.

El primer día, me conecte a una red social de esas que tanto odio pero que si no tienes tus amigos te miran raro y muchas veces te empiezan a apartar del grupo porque ahora todo lo que hacemos unfin de semana acaba en Internet, no en un diario, ni en una carta, ni siquiera en una conversación cara a cara, tan solo queda en esto, en palabras escritas a ordenador en palabras muertas.

Al rato de estar conectada en dicha red, mi primo pequeño, me saltó una ventanita de que me estaba hablando. “Hola”… Yo le mire, y le dije: “me tienes aquí”, y él me respondió con otro mensaje por la red comosi tuviera cosida la boca y no pudiera hablar: “ya lo sé :P, pero ¿y qué? ¿Qué tal estás?”…

“¿Qué tal estás?”… Nunca desde que le había estado cuidando me había preguntado eso cara a cara, ese día hablé más con el por la red social de lo que había hablado con él en persona en un mes.

Al día siguiente, no quería repetir la mecánica de volver a hablar con el por la red social, así quedirectamente opté por decirle antes de que siquiera hubiera encendido el ordenador. “Vamos a jugar a algo”. Él, directamente, dirigió la mirada hacia la PS3 que tenía en un armarito bajo el televisor… “No -le dije- a eso no vamos a jugar”, entonces dijo: “Ah, ya sé” Subió corriendo a su habitación y me bajo la NDS, yo no sabía si echarme a reír o a llorar, “tampoco vamos a jugar a eso…”, el se me...