Unhombremuertoapuntapies

Páginas: 97 (24038 palabras) Publicado: 31 de agosto de 2015
COLECC I Ó N

Pablo Palacio

Un Hombre muerto a puntapiés
Prólogo de
Íñigo Salvador

COLECC I Ó N

Presidente del Consejo de la Judicatura
Gustavo Jalkh Röben
Vocales
Néstor Arbito Chica / Karina Peralta Velásquez
Alejandro Subía Sandoval / Tania Arias Manzano
Consejo Editorial
Gustavo Jalkh Röben / Néstor Arbito Chica
Juan Chávez Pareja / Efraín Villacís
Directora de la Escuela de laFunción Judicial
Patricia Herrmann Fernández
Director de la Colección
Efraín Villacís
Editor General
Antonio Correa
© Copy Herederos de Pablo Palacio
ISBN 978-9942-07-487-4

Diseño y Diagramación
Alejandra Zárate
Fotografía de portada
Carlos Naranjo
Revisión y corrección de textos
Susana Salvador
Gustavo Salazar
Imprenta Editogran
Escuela de la Función Judicial
Av. La Coruña N26 -92 y San Ignacio Edif.Austria,
3er piso / http://escuela.funcionjudicial.gob.ec
www.funcionjudicial.gob.ec

Este libro es una publicación sin fines de lucro y de distribución gratuita
Quito, Ecuador 2013

Contenido

Prólogo de Íñigo Salvador
9
Un hombre muerto a puntapiés
25
El antropófago 43
El cuento 57
¡Señora! 61
Vida del ahorcado
69
Primera mañana de mayo
71

2 80

Oración matinal 80Hambre 81
¡Atención! Subasta pública
81

Perro perdido 82

5 83
Odio 83

10 84

Reencarnaciones 86

Grito familiar 87

Oración vespertina 88

30 88


Revolución 89
Hombre con pulgas 89
Junio 25
93
29
96

30 97
Elementos de la angustia
97
Agosto, Septiembre, Octubre
101
Románticas
101
14
116
30117
Diálogo y ventana
122
Otro día
123
La rebelión del bosque
125
Amor: Universo
130
Viaje final
132
Mentirosa traición
136
Un hombre recapacita
138
Sueños
140
Canto a la esperanza
148
Orden, disciplina, moralidad
156
Audiencia
152
Ahorcado, señor intendente

172

PABLO PALACIO:
“un hombre que se interesa por
la justicia”

…¿Es ustedpariente del señor Ramírez? Le doy el pésame… mi más sincero…
–No, señor –dije yo indignado–, ni siquiera le he conocido.
Soy un hombre que se interesa por la justicia y nada más…
Y me sonreí por lo bajo. ¡Qué frase tan intencionada!
¿Ah? “Soy un hombre que se interesa por la justicia”. ¡Cómo
se atormentará el señor Comisario!
(Pablo Palacio, Un hombre muerto a puntapiés)

E

n los años universitarios,etapa de la vida
durante la cual, al igual que la mayoría de los jóvenes
ecuatorianos, llegué a compenetrarme íntimamente
con la realidad de nuestro país, y, como manifestación
de aquella realidad, con su literatura, pocas líneas de

9

un escritor nacional quedaron más grabadas en mi
memoria que:
“¡Chaj!

con un gran espacio sabroso
¡Chaj!”.
Tengo para mí que ésta, la más famosa onomatopeya delas letras del Ecuador –que grafica en signos
legibles el macabro crujido de dos patadas sobre la
nariz fracturada del pederasta Ramírez– marcó en su
hora dos hitos indelebles:
“¡Chaj!”, uno, el de la publicación en 1926 de
Un hombre muerto a puntapiés, obra de un estudiante
de Derecho llegado a la capital pocos años atrás, y,
“¡Chaj!”, otro, quizás entonces insospechado, el del
nacimiento de lanarrativa ecuatoriana moderna.
Intentemos abordar cada uno de esos importantes
jalones por separado, aunque, como lo veremos al final,
al igual que las patadas del cuento, el uno no viene
sin el otro, aún mediando entre ellos “un gran espacio
sabroso”.
Para cuando Un hombre muerto a puntapiés ve la
luz, su autor, el lojano Pablo Palacio, nacido en 1906,
había transitado ya muchos caminos delterritorio de
la poesía, el teatro y la narrativa. Es evidente que sus
obras previas no tienen el vuelo lúcido y alucinado que

10

descubrimos expectantes en la obra de Palacio a partir
de Un hombre muerto a puntapiés, pero la aparente
ingenuidad que las caracteriza, vista más de cerca,
parecería no ser sino una fachada tras la cual espera
eclosionar el genio contenido del visionario lojano.
Su...
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