Variados

Chloe miraba fijamente su reflejo cansado y fatigado en el espejo plateado. Sus ojos grisáceos no eran los de aquel entonces, aquellos que se caracterizaban por las chispas de energía quedespedía en cada mirada. Su alma se sentía usada y sucia al contrario de unos meses antes, en los cuales tan solo era la de una niña inocente y ansiosa por descubrir el gran tesoro de la vida. Sin embargoresultaba ser que ese gran tesoro era inexistente o bien solo era digno de aquellas personas no corrompidas y de origen divino. Su cabello desaliñado y oscuro castaño estaba recogido en un sobriomoño, el cual antes había sido un esplendido recogido por mil esmeraldas brillantes. Su triste sonrisa corriente resaltaba el gran pozo de tristeza y la desmesurada insatisfacción. Antes su madre siemprele decía que era un cisne con una sonrisa capaz de resolver cualquier disturbio mundial sin embargo a largo de su trayectoria vital poco a poco había desvanecido con las decepciones constantes. Ellaera una dulce y delicada niña de mofletes rosados y espíritu puro que pensaba que al salir del caparazón iba a devorar el mundo aunque fue el gran depredador que le devoro a ella, la persona que masquerría le traiciono no respondiendo a sus altas expectativas. Desde entonces su luz interior se apago, sus expectativas bajaron repentinamente y brutalmente y su caparazón volvió a rodearla con suacolchonado armazón con la intención de evitar cualquier traición por muy lejana que fuera que hiciera añicos aquel corazón. Ahora su madre cada vez que la veía se desmoronaba ante su apenada y oscurasombra y se le salían las lagrimas a gorgotones al ver que no había nada que hacer, así es y así sería siempre. No obstante Chloe no desea ver como los de su entorno sufrían por su culpa y por eso mismosuele disimular su pena profunda tras una exagerada y artificial carcajada, la cual no hacía más que dejar relucir los pañuelos negros entre los naranjas. Pero de nada servía ese simple y falso...