Vega
El gobierno de los Países Bajos, cuyos inversionistas tenían primordialmente interesesen las compañías El Águila y La Corona, envió al encargado de negocios Arthur Methöfer para intentar defender los intereses de sus conciudadanos. Methöfer sostuvo comunicaciones escritas con elsecretario de Relaciones Exteriores Eduardo Hay. Al igual que la postura británica, se negó a reconocer la legalidad de la expropiación y a exigir la devolución inmediata de los bienes expropiados o el pagoinmediato por concepto de indemnización. Eduardo Hay respondió que debido a que las compañías se habían constituido bajo leyes mexicanas, los inversionistas se habían comprometido a no solicitar laintervención diplomática, a pesar de que Methöfer replicó que “la protección de las inversiones holandesas en el exterior era un interés vital del gobierno de los Países Bajos y un derecho que loscompromisos que contrajesen compañías o accionistas individuales no podían perjudicar en nada”, exigiendo nuevamente el pago de la indemnización, el 31 de octubre Eduardo Hay reiteró que el gobierno deMéxico estaba dispuesto y comprometido a hacerlo en el plazo estipulado. Después de ese útlimo memorádum pasó mucho tiempo sin que el gobierno neerlandés volviese a comunicarse para tratar el tema del...
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