veronik
Los Molano no supieron en qué momento el encargo diario de un ponquecito extra se convirtió en negocio, lo cierto es que cuando en cierta ocasión yabien entrada la noche la señora Molano se vio a sí misma mezclando la masa de azúcar, mantequilla, harina y huevo en la tina de la casa, miró a su marido. Él, que rodeado de ponqués como si de unabandada de pingüinos se tratara hacía la contabilidad, encontró su mirada con la de ella y sin necesidad de decírselo los dos supieron que el momento había llegado. Entonces el señor Molano renunció a sutrabajo, trabajó los treinta días de preaviso como corresponde a la gente decente, fue a la notaría séptima y le dijo al notario: tenga la amabilidad de registrarme la marca RAMO S.A. -acrónimo deRafael Molano- y sea tan formal de patentarme este logosímbolo que usted ve acá y que el maestro aquí a mi derecha ha dibujado con tanta maestría.
Ya son 50 años de eso y así lo anuncia el detalle enla esquina del empaque de Chocoramo, sin duda el producto de mayor reconocimiento que tiene la marca. Pero, ¿qué es lo que ha hecho grande a los productos RAMO? Sin duda esa condición de tentempié...
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