VIDA DE PEDRO SAPUTO
Cuando llegó el tiempo dio a luz un niño muy robusto y hermoso, y preguntándole de quién era, dijo: Por ahora mío y de Dios, cuyos somos todos. Un poco se amostazó el justicia y también el señor cura porque no decía quién era el padre del niño;pero ella se mantuvo en lo dicho y hubieron de tascar el freno de su curiosidad burlada en este secreto.
Cuando llegaron a bautizar el niño, porque nunca un caso como aquel se había visto en el lugar y parecía milagro (que los tiempos dicen que eran otros que los que corren ahora, aunque yo no lo creo), ninguno se ofrecía a ser su padrino; y el justicia y el síndico ayuntaron concejo general delpueblo y dijeron: «Honrados vecinos de Almudévar: por la voz que ha corrido debéis saber que la honesta hija pupila de Antonio y Juana del Horno de afuera ha parido casualmente un niño, y no tiene quién lo saque de pila. -¡Bien, bien!, gritó la multitud. Y echaron suertes, y salieron dos hombres y una mujer; y pasando a votación, todos menos seis votaron porque fuese madrina la mujer, y que losdos hombres y el síndico la acompañasen. Era una doncella, y no faltó quien murmuró de la suerte diciendo que las doncellas no debían haberse puesto en cántaro por serlo la madre del niño y no estar bien que la visitasen. Pero al que esto dijo, que era un ricacho con vanidad de hidalgo, le miraron de mal de ojo y aun le aborrecieron todo aquel día. Fue, pues, madrina la doncella, y lo sacó de pilacon mucho contento; y como era de una casa acomodada hubo gran bateo, que lo dieron los acompañantes y el padre de la misma madrina. Pusiéronle por nombre Pedro, y no se habló en muchos días de otra cosa en el lugar.
Capítulo II
Agudeza de Pedro Saputo en su niñez
Reniego de mantillas usadas. ¡Qué poco le sucedió esto a Pedro Saputo! Por eso fue tan vivo y tan ingenio. Todo lo quellevaba era nuevo, y todo cosido por su madre, que es circunstancia, porque besó y mojó mil veces con lágrimas aquellas ropas; y los besos y las lágrimas de una madre son cosa muy eficaz y santa. Y todavía le ayudó mucho el ser doncella y mirarle con ojos de casada, criándole con el amor reconcentrado de madre desamparada y sola. La madre, como decía, le llevaba en brazos con mucha naturalidad ygrandeza, y los que la miraban cuando iban por las calles decían: parece una señora. Con esto decían todos que el niño de la Pupila tenía mucho talento, y su madre respondía: bien lo habrá menester, porque ni él tiene otro patrimonio ni su madre otra esperanza, a no ser que... Una vez le dijo: -Mira, hijo mío; ya tienes siete años y aún no conoces una letra; Agustinico, tu vecino y amigo, es delmismo tiempo que tú y ya deletrea en Los doce pares y en los romances. ¿Cuándo piensas ir a la escuela? Y él respondía: -Si me reñís, no lo sé; si no me reñís, cuando sea tiempo. -Pero, hijo mío, le replicó su madre: ¿cómo no he de reñirte si a mí las personas del lugar se me comen la cara porque no te hago ir a la escuela? -Madre, le contestó él: yo os he dicho que si me reñís no sé lo que haré, y...
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