Vinculo perfecto
Sin lagrimear apenas, Paolo afrontó la desdicha y marchó a pie de vuelta a casa. A pocos segundos de introducir la llave en la cerradura de la puerta, se escucha a lo lejos del barrio un tremendo ruido, como si la tierra llegase a su fin. Sin pensarlo más, Paolo guardó lasllaves en el bolsillo izquierdo del pantalón, saltó la valla azul que dividía la casa de Mark Hans y la suya, saltó la verja negra por detrás y se dirigió hacia donde provenía el estruendo. Pero sin darse apenas cuenta resbaló y cayó de lleno en las aguas del río. Por más que intentó agarrarse a las ramas, subirse a los troncos o saltar a las lianas que colgaban de los árboles, no lo consiguió.Siguió río abajo y descendió por los rápidos, dónde al fin se detuvo apoyándose de una roca evitando así descender por la cascada que quedaba a pocos metros frente a él. Logró subirse a la roca y ascender por una liana hasta llegar a las ramas de un árbol y saltar hasta una más inferior y al fin caer en la tierra, pero tropezó con una raíz gruesa de algún árbol cercano y cayo por completo alsuelo. Horas después se despertó. Sonará raro. Pero esta vez, Paolo ya no se encontraba en el bosque de detrás del barrio, si no en la cama superior de la litera de su cuarto. Debió ser un sueño, o mejor dicho, ¡una pesadilla! (Dijo Paolo al despertar estirando los brazos por completo y bajando seguidamente por la escalera de la litera).
Al instante fue dirigido a la puerta extendió el brazo derechoy bajó el picaporte de la puerta de la habitación. A continuación agarró se de la barandilla de metal y bajó por la escalera que conducía al salón, la cocina y el baño. Primeramente, entró al baño dónde sirvió se de una toalla limpia y suave de color azul pálido y otra más a rayas blancas y rojas. Salió del baño y volvió a subir a la segunda planta donde entro en el baño principal, agarró lamanecilla de la puerta de la ducha y entró. Dejó atrás el pijama sobre el lavamanos. Al terminar salió por la puerta y secó se con la toalla azul. Salió del baño, y se dirigió a su cuarto de nuevo. Allí se vistió, de manera que se puso un pantalón corto de color negro y una camisa blanca de manga hueca. Finalmente, recogió su cuarto, la cocina, dio de comer a su perro Desee y le dio un largo paseopor las afueras del barrio. Paolo volvió a casa sobre las once y media, donde abrió su ordenador y empezó a escribir como siempre, lo que le ocurría y lo que hacía cada día, ya que ayer no le había dado tiempo de…-¡Esperad!, y si tal vez la supuesta pesadilla que retuve en mis pensamientos mientras dormía existiese de verdad-... (Pensó Paolo detenidamente cerrando y guardando el ordenador con...
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