Vivir juntos
Reflexiones sobre la convivencia en Chile
Manfred Svensson
Catalina Siles
cuadernillos ies
© Manfred Svensson
© Catalina Siles
ISBN:978-956-8639-21-1
Primera edición: abril 2014
Instituto de Estudios de la Sociedad
Nuestra Señora de los Ángeles 175
Las Condes, Santiago
www.ieschile.cl
Diagramación y diseño: Trinidad Peredo Ovalle
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ÍNDICE
I.
Introducción
11
II.
La situación chilena. Algunos datos para
orientación básica
19
III.Aproximaciones al fenómeno de la cohabitación:
características y consecuencias
IV. Reflexiones críticas
23
41
V.
Conclusiones
51
Bibliografía
56
Vivir juntos
Reflexiones sobre la convivencia en Chile
Manfred Svensson
Catalina Siles
I. Introducción
“Relación pura”. Tal es la expresión acuñada por Anthony Giddens para designar el tipo de vínculo que respondeúnicamente a la afectividad de los involucrados, y ya no a las estructuras
institucionales tradicionales1. Pero que sean “relaciones puras” no
significa que éstas no impliquen o reflejen cambios más allá de
la relación personal. De hecho, los cambios en la vida familiar repercuten sensiblemente en las estructuras sociales, económicas,
políticas y culturales de una sociedad. Pero no es menos cierto queotras transformaciones en esas mismas estructuras se ven reflejadas –de modo igualmente intenso– en la organización familiar:
ella es origen pero también caja de resonancia de diversos cambios culturales. En este sentido, la cohabitación es un fenómeno
Véase Giddens, Anthony, La transformación de la intimidad: sexualidad, amor y erotismo en
las sociedades modernas. Madrid: Cátedra, 1995.
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vivir juntos
que permite advertir con claridad esos dos ángulos desde los que
puede ser vista la relación entre la familia y la sociedad.
En efecto, el extendido carácter que ha adquirido la cohabitación constituye uno de los cambios de mayor envergadura en la
estructura familiar de nuestra sociedad. Sea que se considere en
términos cuantitativos, por la cantidad de parejas alas que involucra, o en términos cualitativos, por la profundidad de la toma
de posición que implica respecto del matrimonio, se trata de una
genuina “revolución silenciosa”. Silenciosa, sin duda, sea cual sea
el punto de comparación que se adopte, pues no ha sido objeto de
las acaloradas discusiones que otros cambios en la organización
familiar han suscitado. Puede pensarse en lamasificación del divorcio o en las diversas sugerencias respecto de la regulación de
parejas de un mismo sexo: con todas las diferencias que hay entre
esos dos tópicos, ambos han sido objeto de una reflexión que, al
menos en cantidad, se corresponde con la importancia de los mismos. Cualitativamente también dichas discusiones pueden dejar
mucho que desear, pero la proporción del debate no deja duda deque en cada lado de las respectivas disputas hay conciencia de
que cosas importantes están en juego. Nada semejante, en cambio, puede decirse respecto de la convivencia.
A pesar de ser uno de los hechos más masivos en la transformación de la vida afectiva y familiar, y no obstante ser muy representativo de otros cambios culturales que hemos experimentado,
el asunto apenas ha sido objeto dereflexión en nuestro país. Con
dificultad pueden encontrarse un par de publicaciones al respecto
–literalmente un par, las publicaciones de María Soledad Herrera
y Viviana Salinas2. Y éstas, por lo demás, aunque contienen valiosa
Herrera, María Soledad, “Proyectos familiares y de pareja entre los jóvenes de Santiago
de Chile”, Ultima Década Nº25, Cidpa, Valparaíso, diciembre 2006; Herrera,...
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