warma cuyay
ERNESTO: Pobre palomita por dónde has venido,
Buscando la arena por Dios, por los suelos.
— ¡Justina! ¡Ay, Justinita!Enun terso lago canta la gaviota,
memorias me deja de gratos recuerdos.
— ¡Justinay, te pareces a las torcazas de Sausiyok!
Justina:— ¡Déjame, niño, anda donde tus señoritas!
ERNESTO: — ¿Y elKutu?¡Al Kutu le quieres, su cara de sapo te gusta!
KUTU: — ¡Déjame, niño Ernesto! Feo, pero soy buen laceador de vaquillas y hago temblar a los novillos de cada zurriago. Por eso Justina mequiere.NARRADOR: La cholita se rió, mirando al Kutu; sus ojos chispeaban como dos luceros
GREGORIA: — ¡Sonso, niño, sonso!
Celedonia, Pedrucha, Manuela, Anitacha (SE RIEN DICIENDO NIÑÑO SSONNSO)NARRADOR: Seagarraron de las manos y empezaron a bailar en ronda, con la musiquita de Julio, el charanguero. Se volteaban a ratos, para mirarme, y reían. Yo me quedé* fuera del círculo, avergonzado,vencido parasiempre.
Me fui hacia el molino viejo; el blanqueo de la pared parecía moverse, como las nubes que correteaban en las laderas del Chalala. Los eucaliptos de la huerta sonaban con ruidolargo e intenso;sus sombras se tendían hasta el otro lado del río. Llegué al pie del molino, subí a la pared más alta y miré desde allí la cabeza del Chawala: el cerro, medio negro, recto, amenazabacaerse sobre losalfalfares de la hacienda. Daba miedo por las noches; los indios nunca lo miraban a esas horas y en las noches claras conversaban siempre dando las espaldas al cerro.
ERNESTO: -¡Site cayeras depecho, tayta Chawala, nos moriríamos todos!
JUSTINA: Flor de mayo, flor de mayo,
flor de mayo primavera,
por qué no te libertaste
de esa tu falsa prisionera.
LOS INDIOS (FORMANUN CIRCULO)NARRADOR: Los cholos se habían parado en círculo y Justina cantaba al medio. En el patio inmenso, inmóviles sobre el empedrado los indios se veían como estacas de tender cueros....
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