En la era de los tíbios ser una persona intensa,apasionada,tiene mala prensa.Aquella cada vez más caudalosa horda d huidizos emocionales q apresuran la partida del partenier desp d haberloinvitado a su cama, tildan de desbordados a quienes osan pronunciar temibles palabras como "te extrañé","t necesito" y la peor d todas "te quiero".Parece ser que se ha naturalizado la objetivización delindividuo y la perdida total del respeto del sentir digno.Bajo el modelo neoliberal q se encastró en nuestro cotidiano respirar nos vemos corriendo de un lado para el otro,con esa manía d creernosen una carrera infernal q no sabemos a dond nos llevará y dond ni siquiera tenemos tiempo para disfrutar del camino,confundimos tener actividades con tener una vida plena.Y así solemos decir que contanto trabajo,obligaciones y por culpa d la crisis actual,no podemos darnos el "lujo"de enamorarnos.Sin embargo,irónicamente después nos preguntamos por que al llegar la noche,apesar de estar encontacto con tanta gente,no nos rodean más q nuestra mascota y alguna mustia planta.En estas circunstancias es más que sano parar y hacer oídos sordos a esos exitosos slogans cómo "Es lo que hay" qsólo nos ayudan a la amarga resignación y reafirmando la propia valía desertar del corralito d los borregos.Porque hay un punto en el q es imperativo tomar una decisión y optar por animarse a sercreativo,tener iniciativa,fe y esforzarse con voluntad si decidimos que nuestro existir no acabe siendo un cúmulo d recuerdos nostálgicos.Pues como por ahí dicen mientras hay vida,hay esperanzas yporque no tenemos motivo para conformarnos con semi encuentros en los mejores casos y/o desencuentros patéticos en la mayoría.Podemos recrearnos y volver a tirar las cartas,pero esta vez sosteniendoun nivel d conexión real,d calidad y comprometiendonos a luchar firmemente por la excelencia,asumiendo q nos merecemos la felicidad,algo q para estos tiempos parece ser un suceso milagroso.
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.