A la deriva con el canon

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN JUAN BOSCO
Silvia Marcela LÓPEZ

“A la deriva con el canon”

“Algunos libros son inmerecidamente olvidados; ninguno es inmerecidamente recordado”, Wystan H.Auden

Hoy en día la definición del concepto de canon literario y su puesta a prueba no es tan simple ni tan sencilla resolver, debido a que no existe un concepto de literatura que podamosconsiderar universalmente válido. Así, si pensamos que la literatura es esto o esto otro, esa concepción tiene que permitir clasificar textos de acuerdo con sus características en literarios o no literarios. Algunos críticos hablan de la existencia de un canon occidental, es decir, una suerte de tradición indiscutible para todo buen lector y escritor. Jorge Luis Borges en “El escritor argentino yla tradición” piensa que no nos debemos a una sola tradición pues podemos aspirar a todas:
“(…) los nacionalistas simulan venerar las capacidades de la mente argentina pero quieren limitar el ejercicio poético de esa mente a algunos pobres temas locales, como si los argentinos sólo pudiéramos hablar de orillas y estancias y no del universo (…) los sudamericanos en general podemos manejar todoslos temas europeos sin supersticiones, con una irreverencia que tiene consecuencias afortunadas”.
Terry Eagleton (“Introducción a la teoría literaria”, 1998) propone considerar la función poética y la finalidad estética del lenguaje. De hecho los formalistas rusos, entre cuyas filas figuraban V.Shklovsky, R.Jakobson, Y.Tinianov y B. Eichenbaum, enfocaron la atención a la realidad material deltexto literario. La obra literaria no era ni vehículo ideológico, ni reflejo de la realidad social ni encarnación de alguna verdad trascendental; era un hecho material cuyo funcionamiento puede analizarse como se examina el de una máquina. Por tanto, Rebelión en la granja de G.Orwell no era una alegoría del estalinismo; por el contrario, el estalinismo proporcionó la oportunidad para tejer unaalegoría. El formalismo era esencialmente la aplicación de la lingüística al estudio de la literatura. Sin embargo, la literatura no se puede definir objetivamente, puede referirse a lo que lo escrito hace con la gente. Siguiendo a Eagleton no hay obras ni tradiciones literarias valederas, por sí mismas, independientemente de lo que sobre ellas se haya dicho o se vaya a decir. “Valor” es un términotransitorio/personal/arbitrario; significa lo que algunas personas aprecian en circunstancias específicas, y podría surgir en el futuro una sociedad incapaz de obtener el menor provecho de la lectura de Shakespeare. En este sentido, no existen las interpretaciones o los juicios críticos literarios puros; existen ciertas características del discurso literario (finalidad estética) que parecen tenerpeso. Los propios juicios de valor se relacionan con ideologías sociales.
Seguramente los textos son parte de la vida cotidiana y existen una relación con las realidades del poder y la autoridad. En Crítica secular Edward Said cita a Mathew Arnold y plantea la relación entre cultura y sociedad. La cultura es un sistema de discriminaciones y evaluaciones para una clase determinada del Estadocapaz de identificarse con ellas; y también es un sistema de exclusiones legislado desde arriba pero promulgado por todo lo largo y ancho del sistema de gobierno. De hecho el crítico negocia la transferencia de legitimidad de la filiación a la afiliación, alimenta la veneración por la cultura dominante y pierde contacto con la resistencia y la heterogeneidad de la sociedad civil. Ahora bien, Saidpropone ir mucho más lejos para mostrar qué situación, qué configuración histórica y social, qué intereses políticos están implicados concretamente por la existencia misma de las comunidades de interpretación. Debe haber conciencia crítica si hay asuntos, problemas, valores e incluso vidas por las que luchar. La literatura ha devenido en problemática en muchos sentidos y si estamos de acuerdo con...