J.J Rosseau
El conocido retrato de J.J.Rousseau pintado por Maurice Quentin de Latour nos muestra un personaje sereno y apacible que nada tiene que ver con la vidaajetreada y polémica de nuestro autor, tal como afirma Enrique Belenguer: “se nos muestra sincrónica y diacrónicamente como una figura controvertida”. Philipp Blom, estudioso delmovimiento enciclopedista, lo define como una persona brillante, siempre difícil pero que llegaría a ser un autor de culto famoso en toda Europa y un escritor muy reverenciado por suscontemporáneos pero con importantes problemas en sus relaciones sociales. Con el tiempo adoptará la existencia de un ermitaño literario irritado y desorientado por la vida en laciudad, amante de la soledad y de la naturaleza, lo que provocará una transformación psíquica hasta un estado paranoico y que el propio Rousseau refleja en sus confesiones: ”yo yano era aquel hombre tímido , más vergonzoso que modesto que no se atrevía ni a presentarse a sí mismo ni a participar en una conversación en común, que se desconcertaba por unasola observación en tono de broma y que se sonrojaba sólo con que lo mirara una mujer. Audaz, orgulloso, intrépido, llevaba hora a todas partes la más firme de las seguridades”.Será un hombre con una existencia itinerante y asediado constantemente por recelo patológico contra quienes deseaban ayudarle. Como afirma Blom, “los sufrimientos físicos ypsíquicos de Rousseau eran muy agudos y explican su comportamiento y hasta posiblemente una parte de su filosofía moral y social: las grandes construcciones intelectuales a menudo sefundan en los más mundanos defectos, ya sean personales o físicos”. Las derivaciones de esta situación no son ajenas tampoco al terreno de sus postulados educativos.
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