K'arhirikámerho
Páginas: 7 (1611 palabras)
Publicado: 25 de abril de 2011
Fue un cuento que escribí en 1995, ganó el primer lugar en un evento del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación.
K’ARHIRIK’ÁMERHO
–Lugar seco y amargo–
POR: JAVIER J. OLMEDO JARAMILLO
(Cuento que obtuvo el primer lugar en el concurso convocado por el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación –IMCED– Morelia, Michoacán. Premiado el 26 de octubre de 1995, en su fiesta deaniversario).
K’arhirik’ámerho, era el nombre de la población; región seca, amarga y hostil, con temperatura extrema. Su nombre se derivaba de las palabras p’urhépechas: K’arhiri=seco y K’ameri=amargo. Sus pobladores eran de facciones grotescas, burdas y toscas; pero de gran corazón y empuje. Había solamente unos cuantos hoscos y austeros, a pesar de ser azotados por las enormes carencias de suflora y fauna; que trastocaría en otra población a cualquier personalidad. Aquí la mayoría era benévola con mirada triste, sí; pero en el fondo se les notaba un brillo de bondad y dulzura. Habitaban allí también, Móngarhiti y Mirínchiniri con calidad mansurrona, frustrados e inútiles, más por problemas psíquicos que atávicos. Todo causado por el hambre angustiante del medio. Decíase que caía sobrela población una maldición causada por la corrupción y excesos de un tiempo por sus hombres y mujeres.
Era así el medio y la vida en K’arhirik’ámerho, con acciones que degeneraban en una mixtura de pobreza extrema y hambruna; sus pobladores se habían transformado en harapientos y andrajosos, aunque limpios. Sus fuerzas menguaban por falta de alimento. La lucha era enconada con la naturalezaque se negaba a proveer lo necesario a toda esa gente golpeada y vejada, parecía que la naturaleza se empeñaba en llevarlos a un regresismo humano. Cualquiera diría que los arrastraba a una vida vacía e insignificante; buscaba trastocar los valores, para llevarlos al más negro de los fondos.
A pesar de todo reinaba la armonía, y entre ellos existía la ayuda mutua y altruismo; dado quecomprendían que debían pagar caro el pecado y excesos de sus antecesores; siendo actualmente gente buena, honorable y proba. Soportaban estoicamente el castigo prodigado por sus Dioses; a pesar de que cada día que pasaba se manifestaba más pesado físicamente para ellos.
K’umanda Itsï , joven mujer luchadora inquebrantable, parecía que el alma se le contraía a su delgado cuerpo. Diariamente en duracontienda, en plena lid por la supervivencia desde el alba hasta el anochecer; se debatía con ahínco para proveer de los insumos necesarios a sus hijos. Ya iba al campo, ya venía; corría en busca de prestar ayuda a sus coterráneos, quien a cambio recibía algún uchepu o k’urhunda .
En el poblado era común ver cómo las personas morían, a veces por enfermedad, otras por inanición.
Este día, demadrugada casi, K’umanda Itsï –afanosa como siempre- buscaba alguna penca tierna de nopal para tratar de alimentar a sus hijos que eran cuatro. Logrando cortar unos trece joconostles que presurosa los peló, los picó menudamente y los hizo caldo. En el momento de llamarlos a mitigar un poco su enorme hambre, se percató que Uinduri se encontraba enfermo y muy débil, era el más pequeño de sus hijos;recordando entonces cómo había nacido en un día melancólico hacía tres años, hoy precisamente los cumplía.
Una tristeza infinitamente sutil envolvió a K’umanda Itsï. La pobrecita tembló sufriendo ante la pesada congoja. Toma, tómatelo; le dijo, te sentirás bien –afirmó no muy convencida de sus palabras– Uinduri apenas si lo probó; su cuerpo ardiendo no le permitía saber qué pasaba; trató entoncesde darle una tuna de las que había sustraído del centro de los joconostles, pero también la rechazó.
Ambákati , gritó –refiriéndose a su hijo mayor–, te encargo a tus hermanos, en especial a Uinduri –apenas alcanzó a decir–. Salió corriendo ya entrada la mañana; pero cuando los rayos de sol cayeron sobre su cabeza como filosos puñales, empezó a denotar las huellas de la mala o nula...
K’ARHIRIK’ÁMERHO
–Lugar seco y amargo–
POR: JAVIER J. OLMEDO JARAMILLO
(Cuento que obtuvo el primer lugar en el concurso convocado por el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación –IMCED– Morelia, Michoacán. Premiado el 26 de octubre de 1995, en su fiesta deaniversario).
K’arhirik’ámerho, era el nombre de la población; región seca, amarga y hostil, con temperatura extrema. Su nombre se derivaba de las palabras p’urhépechas: K’arhiri=seco y K’ameri=amargo. Sus pobladores eran de facciones grotescas, burdas y toscas; pero de gran corazón y empuje. Había solamente unos cuantos hoscos y austeros, a pesar de ser azotados por las enormes carencias de suflora y fauna; que trastocaría en otra población a cualquier personalidad. Aquí la mayoría era benévola con mirada triste, sí; pero en el fondo se les notaba un brillo de bondad y dulzura. Habitaban allí también, Móngarhiti y Mirínchiniri con calidad mansurrona, frustrados e inútiles, más por problemas psíquicos que atávicos. Todo causado por el hambre angustiante del medio. Decíase que caía sobrela población una maldición causada por la corrupción y excesos de un tiempo por sus hombres y mujeres.
Era así el medio y la vida en K’arhirik’ámerho, con acciones que degeneraban en una mixtura de pobreza extrema y hambruna; sus pobladores se habían transformado en harapientos y andrajosos, aunque limpios. Sus fuerzas menguaban por falta de alimento. La lucha era enconada con la naturalezaque se negaba a proveer lo necesario a toda esa gente golpeada y vejada, parecía que la naturaleza se empeñaba en llevarlos a un regresismo humano. Cualquiera diría que los arrastraba a una vida vacía e insignificante; buscaba trastocar los valores, para llevarlos al más negro de los fondos.
A pesar de todo reinaba la armonía, y entre ellos existía la ayuda mutua y altruismo; dado quecomprendían que debían pagar caro el pecado y excesos de sus antecesores; siendo actualmente gente buena, honorable y proba. Soportaban estoicamente el castigo prodigado por sus Dioses; a pesar de que cada día que pasaba se manifestaba más pesado físicamente para ellos.
K’umanda Itsï , joven mujer luchadora inquebrantable, parecía que el alma se le contraía a su delgado cuerpo. Diariamente en duracontienda, en plena lid por la supervivencia desde el alba hasta el anochecer; se debatía con ahínco para proveer de los insumos necesarios a sus hijos. Ya iba al campo, ya venía; corría en busca de prestar ayuda a sus coterráneos, quien a cambio recibía algún uchepu o k’urhunda .
En el poblado era común ver cómo las personas morían, a veces por enfermedad, otras por inanición.
Este día, demadrugada casi, K’umanda Itsï –afanosa como siempre- buscaba alguna penca tierna de nopal para tratar de alimentar a sus hijos que eran cuatro. Logrando cortar unos trece joconostles que presurosa los peló, los picó menudamente y los hizo caldo. En el momento de llamarlos a mitigar un poco su enorme hambre, se percató que Uinduri se encontraba enfermo y muy débil, era el más pequeño de sus hijos;recordando entonces cómo había nacido en un día melancólico hacía tres años, hoy precisamente los cumplía.
Una tristeza infinitamente sutil envolvió a K’umanda Itsï. La pobrecita tembló sufriendo ante la pesada congoja. Toma, tómatelo; le dijo, te sentirás bien –afirmó no muy convencida de sus palabras– Uinduri apenas si lo probó; su cuerpo ardiendo no le permitía saber qué pasaba; trató entoncesde darle una tuna de las que había sustraído del centro de los joconostles, pero también la rechazó.
Ambákati , gritó –refiriéndose a su hijo mayor–, te encargo a tus hermanos, en especial a Uinduri –apenas alcanzó a decir–. Salió corriendo ya entrada la mañana; pero cuando los rayos de sol cayeron sobre su cabeza como filosos puñales, empezó a denotar las huellas de la mala o nula...
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