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Aunque la biotecnología actual comprende una gran diversidad de técnicas y procesos susceptibles de utilizar la materia viva o sus componentes para generar bienes y servicios, no cabe duda de que la atención pública se ha centrado en la llamada ingeniería genética, por la novedad que supone introducir y expresar genes de unos organismos en otros no emparentadosfilogenéticamente, saltando de este modo las barreras reproductivas establecidas por la evolución. La irrupción a comienzos de los 70 de estas novedosas técnicas de manipulación del ADN recombinante in vitro movió a los propios científicos, en una actitud prácticamente sin precedentes, a plantear, en la famosa conferencia de Asilomar (1974), una moratoria sobre ciertos experimentos y fue la base de lasprimeras directrices enfocadas a evaluar y controlar sus posibles impactos negativos. Con el paso de los años, se comprobó que la técnica en sí no era peligrosa, aunque se regularon investigaciones de riesgo que implicaban combinaciones potencialmente amenazadoras de ciertos genes y microorganismos.
La primera oleada comercial de productos de ingeniería genética se limitó a la conversión demicroorganismos o células en cultivo en factorías de proteínas útiles como fármacos, vacunas, aditivos, etc. Los procesos industriales se realizan en los entornos cerrados y fácilmente controlables de las cubas de fermentación, y se encuentran regulados por una serie de normativas y directrices nacionales e internacionales.[1] Tras más de 25 años, no se ha producido ningún accidente ni se hanmaterializado supuestas amenazas a la seguridad de los trabajadores o del entorno.
A partir de los años 80, y sobre todo en los 90, los organismos genéticamente modificados (OGMs) salen de los laboratorios, primero en pequeños ensayos de campo, y finalmente, en el caso de las plantas transgénicas, en grandes cultivos comerciales, con lo que el debate se ha desplazado hacia la seguridad ambiental ysanitaria. La preocupación por las posibles repercusiones en el entorno ha llevado a acuñar el neologismo “bioseguridad”, para referirse a las condiciones intrínsecas de los OGMs y de su manejo que garanticen su inocuidad ambiental, y concretamente su no interferencia negativa con las especies silvestres o domesticadas.
Por otro lado, dentro del amplio abanico de tecnologías biológicas, podemos hablar deuna Biotecnología ambiental, que se puede definir como “la aplicación específica de la biotecnología a la gestión de problemas ambientales, incluyendo el tratamiento de residuos, el control de la contaminación, y su integración con tecnologías no biológicas” (Scragg, 1999). Su desarrollo ha ido en paralelo con la biotecnología en general, y por lo tanto se puede considerar como relativamenteantigua (ej.: tratamiento de aguas), habiendo sido su estrategia básica la de aprovechar e incentivar procesos naturales. Sólo recientemente se han ido añadiendo técnicas más sofisticadas y menos empíricas, muchas de ellas derivadas del ADN recombinante. Obviamente, el objetivo de la biotecnología ambiental es lograr una serie de prácticas económicas y procesos industriales más sosteniblesecológicamente, y en este sentido, hay muchas esperanzas de que su aplicación nos acerque a ese objetivo (p. ej., mediante procesos basados en materiales reciclables, obtención de materiales industriales biodegradables, etc.).
En esta ponencia pretendo repasar sucintamente los dos aspectos a los que se ha aludido:
1. Cuestiones de seguridad biológica (ecológica) de la Ingeniería Genética,especialmente de las plantas transgénicas.
2. Posibilidades de contribución de las modernas técnicas recombinantes a una sociedad más sostenible ecológicamente.
2 ¿INGENIERÍA GENÉTICA FRENTE A MEDIO AMBIENTE?
La disputa sobre la seguridad ambiental de los OGMs presenta dos facetas frecuentemente relacionadas: por un lado, la discusión científica, y por otro lado la discusión social,...
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