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La adopción delenfoque de la gobernanza tiene, a pesar de la multiplicidad de definiciones conceptuales existentes, un denominador común que es la superación del estatocentrismo inmanente a la ciencia políticatradicional y al modelo político westfalliano, para dar paso a una lógica en la que los actores privados y sociales demandan mayor participación en la atención de los problemas públicos, lo que trae comoconsecuencia una mayor participación y corresponsabilidad de éstos en las alternativas de solución que se formulan para atender esos problemas (políticas públicas).
La adopción de la gobernanzatambién abarca la superación de una lógica jerárquica y vertical, a la manera de una pirámide en cuya punta se encuentra el Estado, a favor de una estructura de redes de carácter horizontal y no jerárquico,en la que los nodos son precisamente los actores no estatales que intervienen en la toma de decisiones. El Estado, en todo caso, se vuelve gestor de esas redes.
La multiplicidad de actores eintereses en la toma de decisiones políticas necesariamente complejiza dicho proceso y amplía el conjunto de competencias que deben tener los representantes de la administración pública para desempeñarsecomo gestores de las redes de acción. Un primer desafío de las administraciones públicas contemporáneas es dotar a su personal de los perfiles adecuados para participar activa y armónicamente en unaarena de decisión en la que intervienen actores de distintas procedencias, alcances e intereses.
Esta complejidad se agudiza por cuanto la gobernanza puede traer el surgimiento de problemas delegitimidad respecto de la toma de decisiones políticas. Mientras que en el modelo estatocentrista la naturaleza del Estado y de su brazo ejecutivo, la administración pública, está orientado al “bien común”,...
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