Anne Weale Una Navidad En Catalu A

Una navidad en Cataluña
Anne Weale

Argumento
Lucinda no era la clase de persona que el atractivo viudo Diego Montfalcó
tenía en mente para cuidar de Rosa, su pequeña hija. Pero la joven logró
convencerlo de lo contrario y todo resultó bien… hasta que Lucinda
comprendió que Diego se había convertido para ella en algo más que un jefe…

Una Navidad en Cataluña (México 1990)
Título Original: CatalánChristmas
Editorial: Harmex
Sello / Colección: Jazmín
Género: Contemporáneo
Protagonistas: Diego Montfalcó y Lucinda Radstone

Anne Weale - Una navidad en Cataluña

CAPÍTULO 1

Estacionado frente a la carnicería en la plaza, en el centro de la aldea, el
descapotable BMW color bronce, con la capota bajada, era algo incongruente. Tan
fuera de lugar como lo habría sido la vieja carreta de Miguel,tirada por un caballo,
en la autopista que serpenteaba a lo largo de la costa este de España, desde la
frontera montañosa en el norte hasta los populares balnearios para turistas en la
Costa Blanca.
Al llegar a la plaza en su bicicleta, Lucinda vio de inmediato el automóvil y el
registro británico y se preguntó qué hacía un turista en Sant Blai en esa época del
año.
Aún hacía calor y la esbeltainglesa llevaba un pantalón corto y una camiseta, pero
la gente de la localidad vestía suéteres y chaquetas de lana tejida, como correspondía
a la fecha marcada en el calendario. La temporada había terminado y los
apartamentos cercanos a la playa en el lado hacia el mar de la ribera, como llamaban
sus habitantes al delta, estaban cerrados desde hacía varias semanas. No sería sino
hasta el próximoverano cuando los extranjeros, con excepción de Lucinda, volverían
a aparecer en la aislada aldea que debía su existencia a los arrozales circunvecinos. O
por lo menos eso creyó ella antes de ver las placas británicas del costoso automóvil.
En el vano de la puerta de la carnicería de Angelita colgaba la cortina de tiras
metálicas. Haciéndolas a un lado con un movimiento de su antebrazo, Lucindaentró
y saludó cortés a todos los que habían llegado antes que ella: una anciana vestida de
negro cuya cabeza apenas le llegaba a los hombros a Lucinda, una vigorosa matrona
que lucía un delantal y llevaba una bolsa con varias hogazas de pan de la panadería
cercana, y un hombre alto y bien parecido que hablaba con Angelita. Ya que nunca
antes lo había visto, Lucinda concluyó que era el propietario delvehículo, aun
cuando hablaba en catalán. Eran muy pocos los extranjeros que iba a pasar las
vacaciones en Sant Blai que hablaban castellano, el idioma principal de España, y
ninguno trataba de dominar el catalán que hablaban los habitantes de la localidad.
Además, al estudiarlo más de cerca, no parecía inglés. Tenía el cabello del color del
bronce viejo y la piel aceitunada, y cuando la miró, sinel menor interés, vio que sus
ojos tenían el brillo tostado de un vaso de jerez bajo la luz del sol. Vestía de forma
casual y parecía ser de Barcelona, la capital catalana y, según los catalanes, la ciudad
más dinámica y progresista de España.
Detrás del mostrador con cristales en donde exhibía las chuletas de puerco, los
pollos y el cordero criado en la montaña, Angelita le decía al extranjero quele sería
difícil encontrar ese lugar.
Al frente de la carnicería, lo mismo que de muchas en España, estaba una mujer
que esgrimía sus afilados cuchillos con una práctica heredada de su madre. Cuando
Lucinda llegó al delta para cuidar de su abuelo y ayudarlo a terminar su libro sobre
la vida silvestre de la región, se impacientaba de tener que esperar su turno, a veces
durante media hora, mientrasla dueña y sus dientas charlaban y Angelita cortaba los
trozos de carne apenas suficientes para una comida. Las compras planeadas para
ahorrar tiempo eran algo desconocido en España. Poco a poco, Lucinda se adaptó al

Corregido por SCC

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ritmo de vida tranquilo y ahora se preguntaba si podría readaptarse a la agitación y
el bullicio de Londres.
—Este...