anteproyecos
Inglaterra, que reunió las tres cualidades de ser el primer estado, cuna de la revolución industrial, y metrópoli del mayor imperio capitalista, fue también el hogar de los “padres de la antropología”. Oriundos de las leyes y lashumanidades, estos etnólogos buscaban inscribir la información dispersa sobre culturas lejanas y salvajes en el hilo común de la historia de la humanidad. Establecían leyes de la evolución humana y de la difusión de bienes culturales según los dos paradigmas dominantes en los estudios de los hombres y, también, en las ciencias naturales. El evolucionismo y el difusionismo diferían en si culturashumanas respondían a una distinta velocidad en la evolución (evolucionismo), o al contacto entre los pueblos (difusionismo), pero no cuestionaban el supuesto de que dichas culturas representaban el pasado de la humanidad.
Para fundamentar sus teorías ambos necesitaban grandes cantidades de información y artefactos que exponían en los museos, cuyas vitrinas presentaban artículos de distintospueblos (Chapman 1985; Jacknis 1985; Stocking 1985). La lógica de estos agrupamientos procedía del material traído por los viajeros, y de los cuestionarios sobre modos de vida de los salvajes, que administraban mediante instituciones particulares y oficiales, imperiales o federales, los comerciantes, los misioneros y los funcionarios. Los cuestionarios más conocidos fueron el Notes and Queries onAnthropolgy distribuyo el Royal Anthropological Institute desde 1874 hasta 1951 (RAI 1984), y la circular sobre términos de parentesco del norteamericano Lewis H. Morgan (1862).
Estos cuestionarios proveyeron una nutrida pero heterogénea información, pues quienes debían responderlos no dominaban las lenguas nativas, ni estaban consustanciados con el interés científico. Salvo notables excepciones, ladivisión entre el recolector y el analista-experto era irremontable. Además, la información desmentía la especulación de las teorías corrientes, mostrando la necesidad de emprender trabajos in situ (Kuper 1973; Urry 1984).
En 1888 el zoólogo Alfred C. Haddon encabezó la primera expedición antropológica de Cambridge al Estrecho de Torres en Oceanía, para obtener material sobre costumbres de losaborígenes y especies fito-zoográficas. Pero la que trascendió a la historia del trabajo de campo fue la segunda expedición que también dirigió Haddon, entre 1898 y 1899. En el equipo figuraba W.H.R. Rivers, psicólogo, quien sentó las bases del “método genealógico” al cual permitía “estudiar problemas abstractos por medio de hechos concretos”. Este método consistía en pautar el relevamiento desistemas de parentesco, muy distintos a los occidentales, a través de la alianza y la filiación (Rivers 1975). Cuando en 1913 aplicó el mismo método al estudio de los Toda de la India, Rivers enunció lo que se convertiría en el principio vertebral del trabajo de campo:
“La necesidad de investigaciones intensivas en una comunidad en la cual el trabajador vive por un año o más en la comunidad dealrededor 400 ó 500 (habitantes) y estudia cada detalle de su vida y cultura” (Stocking 1983 b: 92, n.t.)
Desde entonces, Haddon comenzó a bregar por que en futuras misiones participaran observadores entrenados y antropólogos experimentados. En 1904 afirmó que un nuevo enfoque sobre el trabajo de campo debía incluir
“estudios exhaustivos de grupos de personas, rastreando todas las ramificaciones de...
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