Antologias
Una etapa de turbulencias
No es un secreto para nadie: la adolescencia es una etapa de turbulencias. No sólo “agita” a aquellos que pasan por ella – los adolescentes -, si no también a su entorno y, en primer lugar, a sus padres. Enfrentados a una transformación de la infancia, los padres ven cómo desaparecen sus referencias y, desorientados, experimentan,al menos algunos de ellos, el miedo a estar al lado de un problema, a ver una catástrofe. De ahí, la búsqueda angustiosa de respuestas en los especialistas: “Pero, ¿en qué se ve que un adolescente no va bien? ¿A partir de cuándo hay que preocuparse?”.
La búsqueda de señales
Esta búsqueda de “señales” que permite saber lo que pasa es comprensible, ya que para el adolescente tampoco es posiblecomprender lo que pasa. Por otro lado, estas actuaciones tienen su peligro, pues presentan, en efecto, un riesgo mayor: el de poner a los padres en una lógica “caza de la enfermedad”. Su angustia les predispone a esta persecución y sus temores tienen toda la posibilidad de aumentar por aquello que transmite la idea de “señales”. Hablar en estos términos lleva a la idea de que estas señales serían lasmismas en todos los adolescentes, que en todos significarían lo mismo y que constituirían siempre el comienzo de trastornos graves. Pero, no es así. Que una hija se niegue a comer no significa que sea a partir de ahora “una anoréxica”. Con su negativa a alimentarse expresa una dificultad en la vida que no consigue decir con palabras. Su sufrimiento puede ser de mayor o menor importancia, pero essiempre singular. No tiene el mismo sentido que en otra adolescente que presentara unos trastornos parecidos y debe ser, en cada caso, interpretado en función de la historia personal. Hacer que cuadren las cosas de golpe al “etiquetar” el asunto sería un error porque en la adolescencia todo se encuentra en continuo cambio, tanto lo bueno como lo malo. Además, sería un error peligroso porque losadolescentes enseguida se identifican con la imagen que se les da de sí mismos. Al ser objeto de diagnóstico, se les puede incitar, si no se tiene cuidado, a que adopten por su cuenta dicha imagen y exageren los síntomas para “adecuarse al personaje”.
De observadores a incompetentes
La búsqueda de señales es también peligrosa para los padres. Prisioneros de cierta lógica, ellos adoptan a menudo,creyendo que hacen bien, el papel de “observadores” de sus hijos. Esta actitud es perjudicial, porque su mirada, contaminada por la angustia, no les hace ver sino lo que ellos temen e imaginan. También es peligrosa para la relación con su hijo, ya que, quien “observa”, no “escucha”. Lo que un adolescente necesita, no es que lo pongan en un microscopio ni que observen sus hechos y gestos, sino quele escuchen. El adolescente que se siente “observado” por sus padres ve siempre su actitud como una prueba de desafío a su persona. Esto rompe a la vez la confianza que él tiene en ellos y que puede tener de sí mismo. Ya que, sea cual sea el atrevimiento del que haga alarde, de ahí vendrá la opinión que tengan sus padres. También es un apoyo esencial para la imagen que se hace de sí mismo. En fin,contrariamente a lo que crean, conocer las señales no hace que los padres sean más “sabios”. Al contrario. Si este saber exterior sobre ellos les tranquiliza al principio, siempre les hace al final sentirse mucho más “incompetentes”. Incluso les impide, en muchos casos, seguir una intuición que sea justa. Si los hijos rehúsan dejarse embaucar por los ilusorios “modos de empleo” que se le proponen,aquí o allá, ¿qué pueden hacer los padres que se preocupan en evaluar los problemas de sus adolescentes?
¿De qué guiarnos?
Hace falta que los padres comprendan que en el tema de la adolescencia no hay “recetas” ni un “saber milagroso”, únicamente existen referencias que pueden servir de brújula. ¿Cuáles serían estas referencias?
1) La adolescencia no es una enfermedad, incluso si hace...
Regístrate para leer el documento completo.